Liberan aumentos de precios para cientos de productos



Lunes 28 de noviembre de 2011 | Publicado en edición impresa

El costo de vida / Se encarece la canasta básica

Moreno los autorizó tres días después de las elecciones; estaban congelados desde el 30 de septiembre
Por Alfredo Sainz  | LA NACION

 

 

Desde hace varias semanas, Guillermo Moreno les asegura a todos los empresarios con los que se reúne que no continuará en el cargo cuando Cristina Kirchner asuma su segundo mandato. Pero, antes de abandonar la Secretaría de Comercio Interior, está dejando un regalo de despedida. Después de un octubre muy tranquilo -seguramente para evitar malas noticias en los días previos a las elecciones presidenciales-, en noviembre se aceleró el ritmo de aumentos de precios autorizados.
Entre el 30 de septiembre y 23 de octubre -el día de las elecciones en las que se impuso la Presidenta- ninguna empresa obtuvo el visto bueno de Moreno para tocar su lista de precios. Sin embargo, el panorama cambió completamente tres días después del arrasador triunfo de la fórmula Cristina Kirchner-Amado Boudou. En las cuatro semanas siguientes a partir del 26 de octubre, un total de 33 compañías de alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza obtuvieron la aprobación oficial para concretar un nuevo aumento de precios en centenares de productos y marcas.
En algunos casos, incluso, las subas autorizadas por Moreno representan el tercer incremento que se les otorga en lo que va del año. La mayoría de las empresas beneficiadas con tres subas durante 2011 son grandes multinacionales, como Bimbo, Coca-Cola, Quilmes y Aguas Danone, aunque en la lista también se coló una compañía de capitales nacionales como la fabricante de artículos de limpieza Queruclor, dueña de la marca Querubín.
En todos los casos, los porcentajes de las subas oscilan entre 2 y 9%, de acuerdo con cómo son catalogados sus productos. En este sentido, la Secretaría de Comercio Interior viene trabajando desde hace más de tres años con un esquema de clasificación de todos los productos y marcas en tres categorías: masivos -para los cuales las subas autorizadas no superan el 3,5%-; selectivos -con un tope fijado en el 7%-, y los premium, para los cuales el incremento máximo se ubica en nueve por ciento.
La buena noticia es que la mayoría de los incrementos aprobados por Moreno en las últimas semanas fueron otorgados por porcentajes menores a los que se venían autorizando en los primeros meses del año. De hecho, por ejemplo, para Bimbo el incremento máximo otorgado el 8 de noviembre fue del 5%, mientras que para Fecotiva se ubicó en un 4% y para las cerveceras Isenbeck y CCU osciló entre 1 y 5,7 por ciento.



Impacto directo

La desaceleración en el ritmo de aumentos autorizados que se había producido unas semanas antes de las elecciones se había reflejado en el índice de inflación de octubre. En la mayoría de las mediciones privadas se consignó que en el último mes el costo de vida tuvo un incremento en torno al 1,2%, contra el promedio superior al 1,5% que se venía registrando a partir de junio. Y, siguiendo con esta lógica, cabría esperar para el mes en curso cierto recalentamiento de la inflación no sólo por los aumentos autorizados para alimentos y bebidas, sino también a partir de las subas anunciadas en otros rubros, como la televisión por cable (8% a partir de este mes), medicina prepaga (con un alza del 9,5%) y taxis (mañana la bajada de bandera se encarecerá un 26 por ciento).
Por su parte, sobre el futuro de Moreno, a menos de dos semanas de la asunción del nuevo gabinete, todavía sigue habiendo más dudas que certezas. Hace un mes, el secretario de Comercio Interior se despidió formalmente de los empresarios que participaban todas las semanas de "la escuelita", un encuentro que reunía a toda la cadena del negocio de la carne -desde productores hasta supermercados pasando por frigoríficos y matarifes-. Y los hombres de negocios que siguen manteniendo un contacto más o menos habitual con el funcionario sostienen que el propio Moreno se ve en un futuro inmediato en una función con menos exposición pública.



Cuando Moreno pone las reglas


  • Aumentos autorizados: desde que Guillermo Moreno se puso al frente del combate contra la inflación, hace ya cinco años, cualquier suba de precios que involucre a productos de consumo masivo debe ser aprobada por la Secretaría de Comercio Interior, que a su vez gira un listado a los comercios.


  • Clasificación: a la hora de autorizar las subas, Moreno clasifica a los productos y marcas en tres categorías: masivos, selectivos y premium. Cada una tiene un tope máximo de aumento permitido, pero en ningún caso las subas aprobadas por la Secretaría pueden superar el límite del nueve por ciento.


  • Reiteración: el límite del 9% rige únicamente para cada tanda de aumento, pero algunas empresas -especialmente algunas compañías multinacionales- se vieron beneficiadas a lo largo de este año con los permisos oficiales para actualizar sus listas de precios en tres oportunidades.
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La Presidenta reclamó un "capitalismo en serio"


CANNES.- Estaba en un ámbito distendido e íntimo, ante unos 30 empresarios. Todavía no se había cruzado con el resto de los presidentes. Minutos antes de que comenzara la cumbre del G-20, golpeada de lleno por la crisis europea, Cristina Kirchner propuso volver a un "capitalismo en serio".
"Esto que estamos viviendo, señores, no es capitalismo. Esto es un anarcocapitalismo financiero total, donde nadie controla a nadie", afirmó la Presidenta, para reclamar que se aumenten las regulaciones al sistema financiero internacional.
Así, la jefa del Estado se plantó en contra del ajuste, la palabra maldita para el kirchnerismo, y chocó con la posición de los principales líderes europeos en medio de la crisis que golpea a Grecia y a Italia, que ayer acaparó, con nerviosas reuniones , las deliberaciones de la cumbre.
Más allá del contexto internacional, el discurso de Cristina Kirchner se dio también en momentos en que el gobierno argentino comenzó a cuidar las cuentas públicas con el recorte de parte de los millonarios subsidios a los servicios públicos y el anuncio de la transferencia de la administración de los subterráneos al gobierno de Mauricio Macri, lo que le evitará a la Casa Rosada pagar el costo político de actualizar las tarifas.
Cristina Kirchner pidió que sus palabras se hicieran públicas, pese a que las había pronunciado en un encuentro privado paralelo a la cumbre presidencial del G-20, el foro empresarial desarrollado en el hotel Martinez, frente al Mediterráneo, que ayer mostró su imagen más gris por la constante lluvia.
Sus definiciones económicas se dieron, además, en la antesala de la reunión que esta tarde tendrá con el presidente de los EE.UU., Barack Obama, a quien buscará conquistar con promesas de cumplimiento de sus compromisos internacionales. El primer mandatario norteamericano tuvo ayer un gesto que en el Gobierno interpretaron como una señal positiva: la felicitó por la reelección delante de otros presidentes.
En sus intervenciones del primer día de deliberaciones en el Palais des Festivals englobaron críticas a las grandes potencias por la forma en que encaran la situación económica mundial.
"Siempre piensan en tomar decisiones para calmar a los mercados, pero ahora la que está impaciente es la gente. Lo que hay que hacer es darle seguridad volcando recursos, generando trabajo y dándole oportunidades de aumentar el consumo y la demanda", señaló, según el relato que hizo el canciller Héctor Timerman a la prensa argentina que sigue la cumbre.
La Presidenta abundó en críticas a los líderes europeos que también participan de la cumbre, como la alemana Angela Merkel y el francés Nicolás Sarkozy, que apuestan a recortar gastos para resolver la crisis de la deuda que azota a Grecia. "Si nosotros hacemos planes de ajuste, entonces que alguien me diga cómo vamos a hacer para que vuelva a crecer la economía si no hay consumo", se preguntó Cristina Kirchner.
Según la comitiva argentina, ninguno de los mandatarios europeos le respondió durante las deliberaciones.
Esa receta trajo aquí, y es la misma que intenta impulsar en el país desde que decidió controlar la salida de dólares y reducir los subsidios. "Es necesario que la gente consuma y que ustedes, los empresarios, produzcan y vendan cada vez más. Este es el tema, esto es lo que está fallando acá", planteó, con insistencia.
Mostró así que se seguirá apoyando el consumo para el próximo mandato, aunque con acuerdos salariales más moderados, como dejaron trascender desde la Casa Rosada tras el triunfo electoral de la Presidenta. Y claro, con la reducción del gasto público sin que impacte demasiado en las clases más bajas.

Condiciones

Anoche, incluso, durante la cena de los 20 jefes de gobierno, Cristina condicionó su apoyo a la propuesta de Sarkozy de impulsar un impuesto a las transacciones financieras a que se eliminen los paraísos fiscales. La fuga de capitales, que llevó a la Presidenta a controlar de manera estricta la compra de dólares, se convirtió en una de sus mayores preocupaciones.
Además, rechazó de plano impulsar una regulación en el mercado de las materias primas. Por retenciones, el sector granario constituye uno de los principales ingresos del Estado.
"Enfocar el tema en la regulación del mercado de alimentos es una visión absolutamente parcializada", le respondió al ministro de Agricultura francés, Bruno Le Maire, que había propuesto esa medida ante la Presidenta en el foro de empresarios.
"El verdadero problema es la falta de regulación de los mercados financieros en el mundo. No las commodities ", aclaró.
Cristina Kirchner estrenó su primer viaje al exterior tras la reelección con una fuerte crítica a los líderes europeos. Y aunque apeló a algunas metáforas para suavizar un poco su queja, se despachó con cuestionamientos a los mandamases de esta ciudad, donde se define, en horas cruciales, la economía mundial.
"Uno ha probado ya durante tres años determinadas medicinas y con determinados médicos y el enfermo se agrava cada vez más, ¿no será que habrá que cambiar de médico y de medicina e intentar otro tratamiento?", sugirió..

Aumentan la luz, el gas y el agua para bancos y empresas


El Gobierno dio ayer un pequeño primer paso en un sendero que, si se cumple lo anunciado, podría cambiar drásticamente una de las columnas de la política económica de los últimos años: decidió excluir a seis sectores económicos de alta rentabilidad de los subsidios estatales al consumo de gas, electricidad y agua.
Así lo anunciaron ayer, en una conferencia de prensa que sorprendió incluso a las empresas de servicios públicos, los ministros Amado Boudou (Economía) y Julio De Vido (Planificación). Bancos, financieras y compañías de seguros; juegos de azar, petroleras y mineras; aeropuertos y terminales portuarias, y empresas de telefonía celular empezarán hoy a pagar el ciento por ciento de las tarifas, iniciativa a la que, más adelante, según anticiparon los funcionarios, se sumarán otros sectores, incluidos los domiciliarios de alto poder adquisitivo.
La multiplicidad de los niveles de consumo a que pertenece cada uno de los grandes usuarios involucrados impedía ayer calcular la magnitud promedio del impacto que tendrán las nuevas facturas. Acaso un alivio para una administración que se desvive, desde 2003, por el tratamiento del asunto en los diarios. De Vido lo reconoció con sinceridad fulminante: "Previendo las tapas de mañana, en ningún momento se utilizó la palabra tarifas, estamos hablando de subsidios. Las tarifas son las que están", dijo, y por un momento la conferencia de prensa se volvió acto partidario: hubo aplausos y carcajadas.
No se cambian, en efecto, las tarifas. Lo que hará el Gobierno es dejar de subsidiar esos consumos . Ninguna distribuidora recibirá entonces un centavo: los gastos en importación de gas y combustibles líquidos para la generación de electricidad -las razones del déficit energético- serán afrontados en una pequeña parte por los usuarios.
Aun así, la medida, que será publicada hoy en el Boletín Oficial como resolución conjunta y que incluirá el traspaso del subterráneo a la Capital Federal (ver Pág. 10), fue juzgada ayer como un buen comienzo para un sector que espera, en algunos casos desde hace 11 años, modificaciones regulatorias para sus ingresos. Una frase autorreferencial de Boudou bastó para desencadenar esa euforia y levantar las acciones energéticas en la Bolsa. "Aquellos que vivimos en Puerto Madero o en algún country estamos en una situación de capacidad contributiva distinta de otros sectores de la población", dijo, sentado a la derecha de De Vido, uno de los vecinos más célebres del club de campo Puerto Panal, en Zárate.
Según el ministro de Planificación, este primer escalón le permitirá al Estado ahorrar unos 600 millones de pesos por año. Es decir, un 0,8% de lo que la Argentina prevé gastar el año próximo en subsidios totales, incluido el transporte: 75.273 millones de pesos, de acuerdo con cálculos del presupuesto 2012 de la consultora ASAP. Un monto que tentará seguramente la imaginación de los partidarios de la profundización del modelo porque podría, por ejemplo, ampliar seis veces la Asignación por Hijo o darles gratis obra social a todos los trabajadores en negro que tiene el país.

"Cosas por mejorar"

Boudou definió la decisión como "el inicio de una nueva etapa de personalización de subsidios. Nadie puede recibir un subsidio que no necesita". Y la encuadró dentro de declaraciones recientes de la Presidenta en la campaña electoral, cuando Cristina Kirchner afirmó, dijo el funcionario, que "había cosas por mejorar". El ministro de Economía coincidió también con De Vido en que no existían motivos para que los afectados trasladaran a sus precios el mayor costo de sus facturas de servicios, porque se trataba de sectores desregulados y de alta rentabilidad.
A diferencia de otros anuncios similares -en enero de 2008, el mismo gobierno prometió ahorrar otros $ 600 millones tras subir un 20% los boletos de trenes, subterráneos y colectivos- ambos funcionarios parecieron esta vez anticipar la ampliación de la aplicación de la idea. Boudou insinuó, por ejemplo, posibles medidas similares para viajeros urbanos y consumidores residenciales de servicios públicos. "Contamos con herramientas nuevas como el SUBE [Sistema Unico de Boleto Electrónico] y las bases de datos de los entes reguladores", dijo.
De eso se encargará la comisión que, a estos efectos, creará la resolución publicada hoy. Sus miembros, el subsecretario de Coordinación de Control de Gestión del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta, y el secretario de Presupuesto de la cartera económica, Raúl Rigo, se reunirán periódicamente para analizar qué otros sectores se excluyen de los subsidios.
Ya De Vido fue preparando el relato al advertir ayer, por fin, lo negativo que significaría tratar a todos por igual, ricos y pobres: "La mayor injusticia en esta etapa del proceso, aunque no de lo que ocurrió entre 2003 y 2008, es la generalización. Estamos en la etapa de la personalización".
CLAVES
  • Sin subsidios El Gobierno resolvió eliminar el 100% de los subsidios al consumo de electricidad, gas y agua de bancos, financieras, empresas de seguros, de telefonía celular, de juegos de azar, de hidrocarburos y mineras y aeropuertos y puertos fluviales.
  • Ahorro fiscal El Estado nacional gastará $ 600 millones menos, que serían destinados a otros fines.
  • Subtes El gobierno nacional negociará el traspaso del servicio a su par de la Ciudad, pero no aclaró si transferirá o no el dinero para subsidiarlo, unos $ 700 millones al año.
  • Revisión integral La comisión que se crea estudiará toda la estructura de subsidios y avanzaría con la reducción o eliminación de los mismos a otros sectores económicos y a clientes residenciales, según el poder adquisitivo