LA REALIDAD DETRAS DE LAS CIFRAS DEL INDEC - El desempleo fantasma

EDUCACION “Es probable que cuando se recupere el crecimiento económico, el desempleo baje paulatinamente hasta converger en torno del 6 o 7%, pero que más allá de ese nivel solo sea posible reducir el problema de la falta de empleo, mejorando la educación y garantizando que al menos y como mínimo, todo el mundo termine el colegio secundario.”
EDUCACION “Es probable que cuando se recupere el crecimiento económico, el desempleo baje paulatinamente hasta converger en torno del 6 o 7%, pero que más allá de ese nivel solo sea posible reducir el problema de la falta de empleo, mejorando la educación y garantizando que al menos y como mínimo, todo el mundo termine el colegio secundario.” El dato se conoció esta semana y disparó análisis de todo tipo en los medios de comunicación. Según el flamante INDEC, el desempleo del segundo trimestre de este año fue del 9,3%
La foto es de por sí preocupante porque muestra que prácticamente una de cada 10 personas que están en el mercado laboral en Argentina, no consigue lo que busca y a eso hay que sumarle un 7,7% de subocupados que en realidad quisieran trabajar más.
Pero lo que resulta fundamental es identificar de qué tipo de desempleo estamos hablando, porque, aunque tenga el mismo apellido, no todos los problemas del mercado de trabajo responden al mismo nombre; o para ponerlo en términos biológicos, “son bichos distintos”
Los economistas distinguimos entre el desempleo coyuntural, causado por el bajo nivel de actividad económica, atribuible por tanto a la crisis, y el desempleo estructural, que es el que se produce cuando las capacidades de los que buscan trabajo no coinciden con lo que está pidiendo el mercado.
De acuerdo a las estimaciones del CEDLAS, que depende de la UNLP, el 41% de los argentinos no han logrado terminar el colegio y si bien la economía también genera algunas oportunidades para los sectores con poca educación, cada vez es más difícil que una búsqueda de una empresa u organismo público no exija el título secundario.
El primer problema es de más fácil solución, porque simplemente se trata de que crezca la economía. Es cierto que no todo crecimiento tiene la misma fuerza para generar puestos de trabajo, pero si una economía crece de manera sostenida el desempleo coyuntural tarde o temprano desaparece.
El segundo problema es un poco más complejo, porque, aunque vuele la actividad a tasas chinas, las convocatorias de las empresas chocan contra la pared de una oferta que no les sirve. No es casualidad que según los datos que acaban de publicarse, el desempleo trepa al 18,9% en la población menor a 29 años, duplicando el promedio. Pensemos que de acuerdo a las estimaciones del CEDLAS, que depende de la UNLP, el 41% de los argentinos no han logrado terminar el colegio y si bien la economía también genera algunas oportunidades para los sectores con poca educación, cada vez es más difícil que una búsqueda de una empresa u organismo público no exija el título secundario. Se da entonces la paradoja de que los jóvenes se quejan de que no hay trabajo y simultáneamente las empresas despotrican porque no consiguen personal.
EL DIAGNOSTICO
Obviamente la correcta conceptualización del problema es clave, porque si se confunde la enfermedad difícilmente demos con la medicina adecuada.
En condiciones normales para hacer ese diagnóstico uno debería observar que ha venido ocurriendo con el desempleo cuando la economía crecía y qué evolución mostró el indicador cuando a partir del 2012 se frenó la actividad. Podemos conjeturar que el desempleo que se observaba en el segundo trimestre del 2011 era en esencia de tipo estructural, porque la economía había tenido un fuerte crecimiento en los años anteriores.
Por otro lado, la diferencia entre el porcentaje de personas que buscaban trabajo y no lo encontraban en 2011 y el 9,3% que se conoció esta semana nos indicaría la magnitud del desempleo atribuible a la crisis. Incluso más; comparando con los guarismos que presentaba el mercado de trabajo en el segundo trimestre del 2015 sería incluso posible estimar el efecto que tuvo en el empleo la caída del PBI que empezó en el tercer trimestre del año pasado y lleva ya un año completo.
Por desgracia esa comparación no es posible, porque la adulteración de las estadísticas públicas que se inició con la intervención del INDEC en 2007 hizo que los datos de los últimos años fueran más truchos que un billete de tres pesos. Para muestra basta un botón; el Instituto de Estadísticas decía el año pasado que el desempleo en el Gran Resistencia era nulo, aun cuando el porcentaje de la población de ese aglomerado que trabajaba era el más bajo del país. Curiosamente en la región donde solo laburaba el 29,7% de la población, según el INDEC nadie buscaba trabajo.
La truchada consistía en decir que los que no estaban empleados, ya no pretendían estarlo. Como técnicamente solo se considera desempleado al que busca activamente un trabajo, el ardid escondía debajo de la alfombra el problema del desempleo coyuntural que se venía generando por el parate de la economía. Así, entre 2011 y 2015 en las estadísticas oficiales la tasa de actividad, que es el porcentaje de la gente que o bien está trabajando o bien buscando empleo, cayó sospechosamente del 46% al 44,5%. Ahora cuando el nuevo INDEC vuelve a relevar el mercado, el numero mágicamente vuelve a dar 46%. En el ínterin esa maniobra escondió debajo de la alfombra 1,5% de actividad, lo que corresponde a 3,2 puntos porcentuales de “desempleo fantasma”.
Por esta razón es probable que cuando se recupere el crecimiento económico, el desempleo baje paulatinamente hasta converger en torno del 6 o 7%, pero que más allá de ese nivel solo sea posible reducir el problema de la falta de empleo, mejorando la educación y garantizando que al menos y como mínimo, todo el mundo termine el colegio secundario.
Mientras tanto y para mejorar las chances de inserción laboral del segmento de jóvenes de bajo nivel educativo, que son el corazón del problema del desempleo estructural, quiero proponer que el Gobierno elimine los aportes personales y patronales que recaen sobre los salarios de ese segmento, absorbiendo además el costo de las indemnizaciones eventuales que hoy quiebran la voluntad de contratación de muchos empresarios y comerciantes que de otro modo los emplearían.

(*) El autor es economista, profesor de la UNLP y la UNNoBA, investigador del Instituto de Integración Latinoamericana (IIL) y autor de "Casual Mente" y "Psychonomics"

¿Qué es el Dinero?


Si bien se asocia con billetes y monedas, en realidad es cualquier cosa que las personas estén dispuestas a aceptar como pago de bienes y deudas.
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El dinero es algo que juega un papel muy importante en la vida cotidiana. En general, se tiende a asociar al dinero con los billetes, las monedas o, tal vez, los cheques. Pero eso no sería una muy buena apreciación del concepto dinero, y por lo tanto no sería una muy buena respuesta. Ya que por un lado, los billetes y las monedas sólo representan a una parte de la oferta del dinero, y, por otra, los cheques no son en realidad dinero.
Entonces, ¿Qué es el dinero?
Las definiciones pueden ser muy variadas y de muy largo alcance. En tal caso,entenderemos como dinero a "cualquier cosa que los miembros de una comunidad estén dispuestos a aceptar como pago de bienes y deudas".
No obstante, todos estamos familiarizados con los billetes y monedas, también conocidos como dinero efectivo o circulante, con los cuales podemos adquirir bienes y servicios en tiendas, restaurantes, kioscos, transporte, etc.
Sin embargo, existe otro tipo de dinero mucho más importante y que son los depósitos que la gente tiene en los bancos. En efecto, si el depósito es en una cuenta corriente, la compra podría pagarse directamente con un cheque personal, en reemplazo del dinero efectivo.
Así, los billetes y monedas más los depósitos en los bancos son los elementos que constituyen el concepto más básico de dinero cuando es entendido como un medio de pago.

Una modesta cooperativa de 80 pisos demuestra que otra forma de construir es posible


FUENTE: EL PAÍS

Un edificio de viviendas de Madrid logra el máximo reconocimiento internacional por su sostenibilidad ecológica y energética



La promoción tiene una instalación geotérmica premiada como la mejor de 2015 por la Comunidad de Madrid. VÍDEO: OCÉANNE DELEURME Y PAULA CASADO
El único edificio de viviendas de Europa que ha obtenido la certificación Leed Platinum está en España, en concreto en la localidad madrileña de Tres Cantos. El pasado mes de junio, el USGBCI (United States Green Building Council Institute), concedió a la cooperativa de viviendas Arroyo Bodonal este diploma internacional que reconoce la máxima excelencia en la construcción sostenible, el respeto medioambiental y la eficiencia energética.
En España son solo 21 los inmuebles que poseen este prestigioso reconocimiento, pero la mayoría pertenecen a grandes empresas como Iberdrola, Zara, Repsol, Abengoa o Nestlé. También hay algunos edificios públicos y universidades. Al mismo nivel que todas estas grandes corporaciones está ahora una modesta cooperativa en régimen de autogestión de 80 viviendas sostenibles (71 libres y nueve protegidas), que empezó a tomar forma hace 13 años. Desde hace más de un año viven 225 personas –el 80% con edades entre los 33 y los 43 años–, que han pagado desde 127.000 euros (un dormitorio) hasta 350.000 euros (cuatro dormitorios) por sus pisos.


Instalación geotérmica.


Este residencial quita de un plumazo los fantasmas que existen a la hora de hacer viviendas sostenibles y vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre por qué no se construyen más casas de este tipo en España. Ser un rara avis tuvo sus complicaciones. Solo los dueños de estos pisos creyeron en su proyecto, a pesar de no contar con un solo euro en subvenciones y haber tenido que hacer frente al sobrecoste que suponía la construcción. "El incremento de gastos neto en este inmueble, que tiene calificación energética A –la máxima posible en España–, ha supuesto entre el 6% y el 7% si se compara con un edificio con calificación C alta, que es superior a la media", dice Antonio Martínez Ovejero, secretario de la Junta Rectora y uno de los impulsores del proyecto. Esto significa unos 500.000 euros de más, unos 6.000 euros adicionales por vecino.
Parece nimio si se tiene en cuenta que en esta urbanización los propietarios tienen un ahorro energético del 75,64%, (531.371 kWh) y la emisión de CO2 disminuye en un 73,20%. Si se compara con la normativa energética americana, "ahorra un 44,63% de energía con respecto a un edificio de construcción estándar", según Borja López Calle, consultor Leed de Indra, miembro del USGBCI desde 2008 y empresa encargada de la obtención del certificado de este inmueble.

Es el único edificio residencial de Europa que obtiene el certificado Leed Platinum

El ahorro producido por el sistema de climatización, calefacción y agua caliente está entre 111.996 y 101.571 euros cada año. Descontado esto, resulta que el gasto medio en electricidad por piso entre mayo y diciembre de 2015 ha sido de apenas 37,02 euros al mes. Con este nivel de ahorro, en seis años la inversión habrá sido amortizada. "El verano pasado el sistema de climatización hizo frente en solitario a la ola de calor más fuerte de los últimos 30 años, manteniendo una temperatura media en las viviendas de 22 y 23 grados", resalta Martínez Ovejero. Pero no hay calderas de petróleo o de gas, ni aparatos de aire acondicionado ni radiadores. La construcción y el diseño de los 80 pisos tienen como referencia los edificios de consumo de energía casi nulo contemplados en las directivas de la UE y que serán obligatorios para todo nuevo inmueble a partir de 2020.
Lo que hace diferente a este bloque, ejecutado por el arquitecto Carlos Nieto Gómez, es la envolvente (fachada ventilada, doble aislamiento y cristalería del alta eficiencia energética), la geotermia y el suelo radiante, así como el sistema de ventilación mecánica automatizada en cada vivienda con recuperación de calor. Las viviendas se entregaron con electrodomésticos de alta eficiencia energética y lavadoras y lavavajillas bitérmicos, lo que supone que el agua caliente se provee a través de la geotermia.
Los ascensores tienen recuperación cinética (crean energía en la bajada, la acumulan y la aprovechan para la subida) y hay preinstalación y reserva de espacio para la recarga de las baterías de coches eléctricos en los garajes. Para el ahorro de agua cuenta con un sistema de recogida y reutilización de agua de lluvia, y con un depuradora de aguas grises procedentes de lavabos y duchas para su reutilización en las cisternas de los inodoros y la limpieza de los garajes.
Además de la falta de ayudas públicas, a los cooperativistas les pilló la crisis del ladrillo y a punto estuvieron de perder una media de entre 50 y 70.000 euros cada socio. Pero lo peor fue la falta de sintonía de las entidades financieras. Antonio Martínez lo recuerda como la etapa más crítica y difícil. "Recorrimos 28 bancos solicitando el crédito promotor. Solo cuatro entraron a examinar el proyecto y solo uno, Triodos Bank, nos lo concedió en base al proyecto medioambiental".

El gasto medio en electricidad por piso es de apenas 37 euros al mes

Esta promoción ha sacado los colores al sector inmobiliario español y europeo demostrando que un nuevo tipo de construcción es posible. ¿Por qué no cunde el ejemplo? Es cierto que no es la única urbanización que tiene geotermia o que ha conseguido una calificación A en España. Aunque se podrían contar con los dedos de las manos.
"La certificación Leed, que aparece en España en 2008, coincide con la crisis del sector inmobiliario. Las promociones de vivienda nueva han caído mucho y es parte de la razón de que haya tan pocas viviendas certificadas", dice Dolores Huerta, secretaria técnica de Green Building Council España. Pero, sobre todo, porque "los requisitos que pide Leed son a menudo muy exigentes para viviendas, como el de la prohibición de fumar en todo el edificio. Además, el sector inmobiliario aún no conoce ni utiliza el argumento de la sostenibilidad como garante de la calidad de las viviendas", prosigue. Según Borja López, "conseguir el nivel platino requiere un sobreesfuerzo que las promotoras estándar de viviendas no quieren asumir. El caso de Arroyo Bodonal es distinto al haber sido una autopromoción de cooperativistas con una idea muy clara desde el inicio".
Los promotores señalan a los compradores de vivienda. "Falta cultura, conocimiento y sensibilidad por parte del cliente. Seguramente el cliente que accede a una vivienda no tiene idea de qué es Leed y qué significa, frente a otros certificados como por ejemplo la calificación energética", dice Fernando Moliner, presidente de la Comisión Técnica e Innovación de la Asociación de Promotores de Madrid (Asprima). Moliner menciona un residencial de 75 casas en Somosaguas, también en la región madrileña, en trámite de registro.


139 INMUEBLES QUE APUESTAN POR EL MEDIO AMBIENTE


En España 139 inmuebles han conseguido ser Leed –ya sea Certificado, Plata, Oro o Platino– desde 2008. Y todos ellos son del sector no residencial (oficinas en su mayoría, pero también hoteles y locales comerciales). En todo el mundo, según la web de USGBCI, responsable de la certificación, hay 49.006 edificios. Conseguir tener este sello no solo exige ahorros energéticos, ya que también tiene en cuenta la parcela, transporte, el ciclo del agua, residuos, salud, calidad del ambiente interior, iluminación, o accesibilidad. "La certificación Leed valora que los edificios estén construidos en zonas ya desarrolladas y que se fomente el transporte alternativo (bicicleta, vehículos eficientes, vehículos compartidos...)", explica Borja López Calle, de Indra. También, que se ahorra agua en los sanitarios y griferías y en las zonas ajardinadas; que se reciclan los residuos generados durante la construcción; que se utilizan materiales regionales; o que se aumenta la calidad ambiental del interior: ventilación, acceso a vistas exteriores... La lista sigue.

El Estado del Estado, con poco interés en la educación

MARTES 07 DE JUNIO DE 2016 • 02:09
PARA LA NACION
¿Puede un gobierno encarar una "revolución educativa" sin información acerca del punto de partida? La respuesta es más que obvia: no. Y sin embargo, el Estado del Estado que hizo público el gobierno nacional con la pretensión de mostrar, a modo de diagnóstico, un cuadro exhaustivo de la herencia legada por la gestión kirchnerista dice poco y nada sobre el gran tema que el macrismo en el poder agita, incansable, como bandera: la educación.
En el tema educativo, El Estado del Estado es breve, se queda en la superficie y abunda en generalidades ya conocidas, imprecisiones y conclusiones sesgadas. Hay mucho para decir sobre ese apartado que lleva el título de "Educación".


Primero su extensión mínima. Apenas poco más de cuatro páginas de las 223 que ocupa el informe, desde el final de la página 49 y hasta el final de la 53. Nada si se la compara con las 24 páginas dedicadas a "Transporte" o las 18 consagradas a "Energía y minería".
Para dejarlo bien claro: no es menor la cuantificación de la letra del informe. Es interesante el planteo educativo con el que insisten el presidente Macri y su ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich: la necesidad de una educación de calidad para todos como eje incuestionable de una Argentina futura socialmente sustentable, basada en una economía del conocimiento. Y sin embargo, el informe minimiza el área educativa y prioriza al sector energético, por ejemplo, atado a la vieja economía extractiva que las sociedades más desarrolladas, esas a las que el macrismo tiene como horizonte, están dejando atrás.



Y no sólo eso: la voluntad revolucionaria del nuevo gobierno en materia educativa contrasta con la jerarquía asignada a "Educación" dentro del Estado del Estado. Ahí llega el segundo punto a comentar: "Educación" es tan sólo un subtema dentro del tema principal "Desarrollo humano", que engloba "Vivienda", "Salud", el programa odontológico "Argentina sonríe" y "PAMI". El eje de la revolución que el macrismo pretende, la educación, aparece borroneado, perdido, chiquito, en una sección inasible donde el informe mete a la fuerza necesidades insatisfecha diversas. Hay nueve secciones principales en el Estado del Estado. "Educación" no mereció esa categoría. Ese es un error garrafal del informe.
 "Hay nueve secciones principales en el Estado del Estado. Educación no mereció esa categoría"""







No digo que, por ejemplo, la crisis profunda del sector energético no merezca un tratamiento puntilloso de 18 páginas. Lo que sostengo es que el estancamiento educativo de la Argentina desde hace por lo menos quince años obliga al desarrollo de un diagnóstico de una profundidad semejante e incluso, mayor.
Tercero, nada nuevo, nada que no supiéramos antes, hay en el Estado del Estado sobre educación. Cada una de las conclusiones y diagnósticos educativos que propone el informe vienen siendo tratados por los medios de comunicación en los últimos años y en investigaciones infinitamente más rigurosas que el panorama planteado por El Estado del Estado.
Es llamativo: después de seis meses de gestión y con la posibilidad única de hurgar desde adentro del sistema educativo, el informe del Gobierno repite lugares comunes que buena parte de la sociedad conoce y discute hace tiempo en los encuentros de mesa ratona cuando llega la hora de indignarse, entre amigos, con la crisis educativa argentina.
Sobre los "severos" problemas de infraestructura escolar que menciona al pasar, por ejemplo, no hay una sola cifra. Tampoco hay información ninguna sobre la compra masiva de libros de textos para las escuelas, un rubro siempre polémico dentro de las gestiones educativas. No hay una sola mención al Plan Conectar Igualdad, cuya dimensión operativa y financiera aparece desarrollada con algo más de precisión en el subtema "ANSES" dentro de "Trabajo y seguridad social". Su impacto pedagógico en la mejora de los aprendizajes, puesto cada vez más en duda, no figura en el Estado del Estado.
No hay dato alguno sobre la situación de la educación técnica de nivel medio ni de la educación técnico profesional de nivel superior no universitario aún cuando resultan claves para el empleo y el desarrollo económico y a pesar de que el Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), que depende del ministerio de Educación nacional, es una de las áreas más proactivas de Cambiemos en la gestión basada en datos.
Tampoco hay un detalle de las numerosas y diversas políticas pedagógicas y educativas puntuales desarrolladas, responsables en definitiva de los resultados obtenidos, la inversión que demandaron ni tampoco ninguna correlación con los recursos humanos del ministerio de Educación nacional puestos en juego, sus perfiles, el tipo de contratación, la curva de crecimiento de la cantidad de empleados en el ministerio o los niveles salariales.
Ni un solo "ñoqui" y ni un solo episodio de corrupción denunciado en El Estado del Estado en el área educativa. Queda la duda: ¿se trata de una excepción comparada con lo ocurrido en otras carteras? ¿O se debe a una suerte de desidia informativa por parte de las nuevas autoridades del ministerio o si la información existe, de fallas en la edición del informe del Gobierno?
¿Qué datos y diagnósticos educativos sí incluye el Estado del Estado? Es algo más preciso en la descripción de los manejos cuestionables en el financiamiento de las universidades públicas pero enseguida se conforma con sintetizar en una o dos oraciones y en cifras demasiado gruesas temas como matrícula universitaria, desigualdades en el acceso a la universidad y perfil de graduado.
En relación a la escolaridad básica, el Estado del Estado también deja sabor a nada. El informe señala la caída en índices claves de la educación: la cantidad de años de estudio por habitante, la tasa de analfabetismo, de graduación del secundario o de cobertura en nivel inicial pero resume el estado de esos indicadores en pocas cifras demasiado generales para un informe con pretensión de revisión detallada.
Para diagnosticar la baja calidad de los aprendizajes, después de seis meses de gestión, recurre a los resultados más trillados de la pruebas internacionales PISA y de UNESCO y para colmo lo hace a la ligera, sin detallar. Basta con googlear para ver que ya fueron publicados en medios de comunicación una y otra vez.
 "Sobre la formación docente, el único comentario del informe se reduce a: 'maestros que no tenían suficiente capacitación'. Nada, ni una sola evidencia, sobre en qué basa esa conclusión"


Sobre la formación docente, el único comentario del informe se reduce a: "maestros que no tenían suficiente capacitación". Nada, ni una sola evidencia, sobre en qué basa esa conclusión aún cuando el ministerio de Educación nacional cuenta desde mediados del año pasado con los resultados del Censo Nacional del Personal de Establecimientos Educativos, el censo docente de 2014, a los que todavía no accedió la ciudadanía. Era una oportunidad ideal para darlo a conocer ampliamente, aún con las fallas metodológicas que pudiera tener, en tal caso para denunciarlas. El Estado del Estado no aprovechó esa oportunidad.
Tampoco encontró espacio para publicar los resultados de las pruebas del Operativo Nacional de Evaluación (ONE) 2013, a las que llama erróneamente "Pruebas Nacionales de Evaluación", que sólo fueron publicados oficialmente desde el ministerio de Educación nacional de Alberto Sileoni por regiones pero no por provincias. Esa es una diferencia sustancial: conocer el desempeño de cada provincia permite a la ciudadanía asignar responsabilidades políticas al panorama de la educación en cada distrito.
El Estado del Estado sí hace mención, siempre superficial, a la calidad de las pruebas ONE por su falta de "confiabilidad y validez" a partir de fallas en su implementación, con pocos alumnos respondientes. Y en relación a las evaluaciones, también destaca un tema central: la falta de transparencia de la información sobre la educación, que es un hecho.
El Estado del Estado se refiere con insistencia a ese problema, que achaca a los años kirchneristas. Se refiere exactamente a: "la deliberada falta de transparencia en la difusión de esos pocos operativos nacionales".
Y aquí surgen dos cuestiones delicadas a las que se enfrenta toda gestión educativa que asume y que ha estado, al mismo tiempo, gobernando otro distrito como es el caso del macrismo. Ni la falta de transparencia en la divulgación de datos educativos ni la baja calidad de los aprendizajes en Argentina puede atribuirse solamente a la gestión nacional kirchnerista: esa conclusión es sesgada. Y esto por dos motivos.
Por un lado, porque el ministerio de Educación nacional fija políticas que funcionan como marcos de acción pero no administra escuelas: cada jardín de infantes, cada escuela primaria y secundaria de la Argentina, sus maestros y lo que sucede en las aulas, depende de los ministerios de Educación provinciales. Las políticas educativas implementadas en las provincias y la Ciudad de Buenos Aires, no importa si por gestiones kirchneristas o no, también fueron responsables de la baja calidad educativa de la última década. De su estancamiento e incapacidad para la mejora.
Por el otro lado, porque todas las provincias, incluida la Ciudad de Buenos Aires, integraron durante todos los años de gestión kirchnerista el Consejo Federal de Educación, donde se acuerdan esas políticas educativas generales. El Estado del Estado se alarma por el incumplimiento de los 180 días de clases pero, por ejemplo, todos los distritos incluida Ciudad de Buenos Aires avalaron la decisión de ceder horas de clase para que los alumnos vieran los partidos del Mundial 2014 en la escuela.
Y respecto de la falta transparencia en la divulgación de las pruebas ONE, por caso, ni la Ciudad de Buenos Aires ni otras provincias denunciaron esa situación cuando tomó estado público a principio de 2015. Con el argumento de las fallas metodológicas que sesgaban algunos resultados en algunas provincias, CABA entre ellas, y en pleno año electoral, se optó por invisibilizar los resultados.
En materia educativa, El Estado del Estado acaba de crear una necesidad insatisfecha: la de transparencia educativa. Es imperioso hacer pública la información con que ya cuenta el sistema educativo y, al mismo tiempo, a partir de ahora, generar indicadores confiables. Una política educativa que alcance resultados revolucionarios requiere partir de datos firmes que orienten la acción. Si no, se corre un riesgo: perder otros cuatro años en la carrera por la mejora de la educación. Es un lujo que la Argentina no puede seguir permitiéndose.

La información precisa es también el mejor antídoto para no dejarse encandilar por losslogans educativos, no importa de qué signo, que dejan cómoda a la clase política del presente pero condicionan a la Argentina del futuro, en el mediano y largo plazo. Ya lo hemos visto. No repitamos el error. Todavía estamos a tiempo.

“El estado del Estado”: ¿qué dice el informe del gobierno sobre la herencia kirchnerista?

FUENTE: NEXOFIN

¿Cuál era el panorama de la administración pública cuando Mauricio Macri llegó al poder? ¿Cuáles fueron las políticas de Cristina Kirchner que favorecieron al crecimiento del país? Los veinte puntos más importantes del informe de la Casa Rosada