Alberto Fernández: "Hay problemas, pero los cacerolazos no tienen razón de ser"






Miércoles 20 de junio de 2012 
Alejado del oficialismo, el ex jefe de Gabinete lanzó "Parte" como una alternativa "entre lo idílico del Gobierno y lo caótico de la oposición"; sin acuerdos firmes, da pistas sobre posibles aliados






El ex jefe de Gabinete Alberto Fernández se autoproclama kirchnerista de la primera hora y habla en plural al referirse a la gestión de Néstor Kirchner. Con Cristina, en cambio, es cada vez más lo que lo diferencia. Desde que falleció el ex presidente le preocupa quién podría suceder a la Presidenta. Es por eso que decidió lanzar Parte (Partido del Trabajo y la Equidad) una nueva fuerza que, según define, estará ubicada "entre la Argentina idílica del oficialismo y la caótica de la oposición".
Supo estar en la mesa chica del Gobierno y conoce de cerca a muchos de los funcionarios que hoy toman decisiones en la Argentina. En diálogo con LA NACION desde su departamento en el River View, analiza el actual escenario económico y da pistas sobre quiénes podrían acompañarlo en su retorno a la vida política.
-¿Cuál hubiera sido el camino que hubiera tomado Néstor Kirchner con el dólar?
- Estoy seguro que no hubiera sido la medida de Kirchner ni el cepo, ni las restricciones porque para Néstor era un tema central el dólar y el tipo de cambio. El dólar tenía que estar caro para darle competitividad a la Argentina. Con Néstor siempre tratamos de cuidar que la Argentina no caiga en un proceso inflacionario. Siempre repetíamos una frase que era que la Argentina en cuanto inflación era un alcohólico recuperado, pero nunca tuvimos con el dólar el problema que tiene hoy el Gobierno. Nosotros acumulamos muchísimas reservas. Cristina gastó mucho de ese dinero y nunca atendió el problema inflacionario.
-¿Qué lectura hizo de los cacerolazos que se dieron en Capital Federal en las últimas semanas?
-Para mí los cacerolazos no tienen razón de ser. Me parece que sólo en una situación extrema el cacerolazo se explica, y el país no está viviendo esa situación. Nosotros podemos discutir que la Presidenta no le presta atención a la inflación, que el dólar está maltratado, que no es bueno el cierre a la importación, pero no podemos decir que estamos en una situación crítica. Allí me parece que hay un error en el modo de expresar el descontento. Porque plantean el mismo escenario que en el 2001, pero no es el mismo estado crítico. Que hay problemas para quejarse, los hay, y Cristina debe atender esas quejas también.
-¿Cómo imagina que vivió la Presidenta esas protestas?
Seguramente a Cristina, como a cualquiera del Gobierno, no le debe gustar un cacerolazo. A nadie le gusta que la gente se queje. Uno gobierna para que la gente este bien, no para que se queje.


-¿Cuáles son los principales errores que, a su criterio, tiene este Gobierno?
-El peor error que tiene el Gobierno es no atender la inflación porque esto es algo con lo que conviven todos los argentinos. Todos lo vemos y el Gobierno dice que no pasa. La inflación es el origen de todos los problemas. Después, creo que con YPF fueron equivocados los argumentos utilizados. El argumento de la recuperación de la soberanía y la nacionalización es de corto aliento, porque cuando llega la hora de invertir hay que ir a buscar a los mismos capitales a los que decís no querer entregarle nada.
-¿Cree que el oficialismo apunta a una reforma que permita que Cristina tenga un tercer mandato?
-Creo que el oficialismo tiene como problema el hecho de que no tiene una figura de reemplazo porque tiene un excesivo personalismo y Cristina no deja crecer a nadie. Pero a la vez, no creo que ella quiera otro mandato, porque no creo que quiera borrar con el codo lo que ella misma votó, con una reforma de la Constitución para quedarse. Sería un gesto enorme de desprecio institucional modificar la Constitución sólo porque alguien quiere seguir en el gobierno.

Volver al ruedo

Alberto Fernández dejó la jefatura de Gabinete en 2008 en medio del conflicto con el campo, que derivó en cacerolazos y manifestaciones en las rutas del país. Sus diferencias con el modo de proceder del Gobierno en ese contexto, lo motivaron a decir adiós.
Desde entonces, se dedicó a la actividad privada con su consultora y al ámbito académico. Además, según afirmó, trabajó como "asesor externo" de YPF . Pero después de cuatro años de reclusión, decidió a volver a la vida política activa y, a fines de mayo, lanzó PARTE .

Foto: LA NACION / Matías Aimar

El ex funcionario dice mantener las puertas abiertas para todos aquellos que quieran lo mismo que él, "sin importar su condición ideológica". No obstante, algunos nombres para él tienen las puertas cerradas y otros suenan como posibles aliados.
-¿Por qué lanzó PARTE?
Porque creo que Cristina está mal aconsejada y porque el Gobierno, lejos de corregir lo que está mal, sigue encerrado en su personalismo y su lógica. Entonces, propongo un espacio para convocar a los argentinos que piensan como yo y que quieren sacar el país adelante. Porque debe haber una Argentina entre lo idílico del Gobierno, que no existe, y lo caótico de la oposición, que asusta.
-¿Quiénes tienen las puertas abiertas y quienes cerradas para una alianza a futuro?
-La verdad que en esta instancia lo que más me importa es que la gente tenga un lugar donde expresarse. Entonces cuando hablo de PARTE, hablo de eso, de convocar a la gente. Yo soy porteño y todos saben las diferencias que tengo con Macri. Con él, por ejemplo, no podría hacer nada, porque representa mis antípodas.
-¿Y con Scioli? ¿Cómo ve su postulación para el 2015?
-Me parece absolutamente legítima. Todos los que nos dedicamos a la política, incluido yo, soñamos con ser presidente y, además, Scioli es un hombre leal. Cristina no puede tener otro mandato porque se lo impide la ley, entonces me parece bien que alguien tenga aspiración a sucederla.
-¿Con otros partidos de la oposición dialogaría?
-Sí. No presento a PARTE como un partido justicialista, aunque sí está integrado por muchos justicialistas. Pero considero que hay peronistas que no tienen nada que ver conmigo y hay radicales que se parecen a mí, como también socialistas, por eso no me importan de dónde vienen, sino a dónde quieren llegar.
-¿Cuál sería el lema que elige para su nuevo partido?
-Nosotros tenemos la oportunidad de hacer entrar a la argentina a la modernidad, lo cual no significa postergar a los pobres. De la pobreza social se sale con trabajo, y el trabajo se consigue con inversiones. Todo esto se puede hacer y lo sé porque ya lo hicimos con Néstor. No es difícil, hace falta más decisión y menos debate ideológico..
Por Magalí Fernández