Los Modelos Económicos


La República Argentina se beneficia de enormes recursos naturales, una población sumamente alfabetizada, un sector orientado a la exportación agrícola, y una base industrial diversificada. Sin embargo, sus resultados económicos han sido muy desiguales a lo largo de la historia. A principios del siglo XX era uno de los países con mejores perspectivas del mundo, pero en la actualidad se ha estancado como un país de ingreso superior medio y subdesarrollado.

Historia:

El desarrollo de la tierra:

Desde su independencia, Argentina, es el octavo país más grande en el mundo, hecho que le ha dado ventaja en este factor de producción. En el siglo XIX la economía rural estuvo casi completamente dedicada a la ganadería y la agricultura. Sobre el curso de historia cada uno de estos dos sectores experimentó los períodos de crecimiento y contracción en sus mercados.
Como la agricultura era una actividad que requería mucha mano de obra era difícil encontrar un buen suministro de trabajadores antes de 1870 o periodo pre-inmigración. Ya que la ganadería era una actividad costosa, el sector que cultiva la tierra rápidamente se extiende a todo el país. Además, durante los períodos de bajos precios de los productos agrícolas, los campesinos fueron capaces de mantener vueltas positivas, demostrando su resistencia en un mercado volátil, sumado esto al éxito del cultivo de la ganadería en la Argentina en la primera mitad del siglo XIX.
Después de 1860 el sector arable prosperó y las zonas de tierras que una vez estuvieron dedicadas al ganado fueron sustituidas por las cosechas de cereales. Mucho de esto fue posible gracias al requerimiento de fuentes de trabajo.
El desarrollo del mercado de trabajo
La inmigración era funcional al desarrollo de la Argentina. Antes de 1860, había relativamente poca migración en el país; la población en 1869 alcanzaba a poco más de 1,7 millones de personas y, debido a las extensiones escasas de población, enormes tierras permanecieron inutilizadas.
La escasez de trabajo llegó a ser un punto crítico, pero estos resultados que comenzaba a experimentar el país permitió salarios dignos y, por lo tanto, un abismo entre los índices de salario de la Argentina y de una Europa empobrecida, particularmente Italia y España. Esto facilitó la inmigración masiva que fue sostenida cada año hasta la Primera Guerra Mundial (excepto en 1890 donde hubo un retraímiento económico). Mientras que la mitad de los inmigrantes europeos eligió permanecer en la ciudad de Buenos Aires, su adición al mercado de trabajo que le ofrecía el país ayudó a aliviar la escasez de trabajo en el campo. Las migraciones internas subsecuentes de nativos y extranjeros ayudaron a asegurar un mercado de trabajo eficiente.
La solución a la falta de mano de obra facilitó el desarrollo económico. Mientras que los salarios pudieron haber caído por un período, los inmigrantes, como factor importante de la producción, ayudaron a diversificar los mercados comerciales de la Argentina. Anteriormente, el sector ganadero -costoso- había dominado la producción. Pero con la gran mano de obra disponible, el sector arable permitió el desarrollo. Por consiguiente, el comercio de la Argentina dejó de especializarse en cualquier producto. Esto ayudó a fortificar al país contra los vaivenes de la economía mundial (estabilidad social y política), contribuyendo al desarrollo argentino experimentado entre 1870 y 1920.

El desarrollo del mercado de capitales:

Como la inmigración, la inversión extranjera jugó un papel central en el desarrollo económico de la Argentina. Antes de la Primera Guerra Mundial, se podría decir que la inversión de capital era la inversión de capital extranjero. En todas las consideraciones, Argentina era un caso atípico para la inversión extranjera, y de ahí que esto la diferenció del resto de los países latinoamericanos. Sin embargo, Argentina no tuvo un desarrollo al estilo de los países hoy considerados del primer mundo.
Con mucho, Gran Bretaña contribuyó con la mayor parte de fondos que cualquier otro estado extranjero, como lo hizo con muchos otros estados latinoamericanos. Las sociedades anónimas de responsabilidad limitada, recogieron la mayor parte de su capital por la inversión directa extranjera. La mayor parte de las inversiones de Gran Bretaña recayeron en los ferrocarriles y en las industrias que exportaban carne. Sin embargo el sector agrícola prácticamente no ha recibido ninguna inversión extranjera, y relativamente poco crédito doméstico también.
Final del crecimiento por exportaciones(1914)
Principalmente, el crecimiento económico argentino antes de 1914 fue alcanzado por las exportaciones a Europa. Primero la carne vacuna y luego los cereales fueron enviados a Europa, con una población en auge. El viejo continente se encontró cada vez más en la necesidad de importar productos alimenticios de Argentina. A cambio, Gran Bretaña, Francia y Alemania invirtieron dinero en el desarrollo de Argentina. Principalmente, fondos extranjeros fueron colocados en los sectores que fueron orientados hacia las exportaciones; los ferrocarriles en particular fueron construidos con el capital extranjero. Mientras muchos argentinos vieron al sector de exportación como central para el desarrollo de un mercado nacional, la economía permaneció profundamente dependiente del contexto internacional.
La inversión extranjera y el mercado comercial pueden ser sumamente volátiles. Como la economía de Argentina confió tan pesadamente en el crédito extranjero y en una demanda de sus productos agrícolas, los períodos de volatilidad, causaron repercusiones severas para el crecimiento económico del país.
La inversión extranjera, entonces, era un arma de doble filo. Mientras esto contribuyó al largo período de crecimiento entre finales del siglo XIX y principios del XX, la inversión extranjera mermó durante la Primera Guerra Mundial. Mercados como el argentino aún no habían madurado y la economía doméstica no estaba preparada aún para compensar las pérdidas incurridas por los shocks externos. La economía en total vio una caída en su funcionamiento.




La anomalía argentina: modelo agro-exportador superpuesto con modelo de sustitución de importaciones:

Después de la Crisis de 1929, un nuevo modelo de crecimiento económico comenzó a surgir lentamente, aunque de un modo considerablemente diferente al de otros países de la región.
Por un lado los sectores exportadores de productos ganaderos y cerealeros, principalmente los grandes latifundistas y las empresas frigoríficas y ferroviarias británicas, intentaron recrear el modelo exportador. El Pacto Roca-Runciman de 1933 entre Argentina y Gran Bretaña tenía ese objetivo.
Por otra parte, y en sentido paralelo, comenzó a desarrollarse durante el período 1930-1943 un proceso de industrialización por sustitución de importaciones, con eje en empresas estatales con fuerte influencia militar (YPF, Fabricaciones Militares, Altos Hornos Zapla), y algunas filiales de grandes empresas norteamericanas y sobre todo una gran cantidad de fábricas pequeñas y medianas de capital nacional, especialmente en el sector textil.
El resultado fue que el sector agro-exportador permaneció sin realizar cambios de fondo (en particular en la Argentina no se realizó una reforma agraria orientada a crear una propiedad capitalista de la tierra) y se superpuso a un nuevo modelo de industrialización orientado al mercado interno.
Ambos sectores se constituyeron de manera autónoma, sobre dinámicas, reglas y principios diferentes, y muchas veces en abierta colisión. El sector agroexportador se desarrollaba orientado al comercio internacional, sobre las pautas de la economía liberal clásica, con una presencia preponderante del latifundio y un muy bajo empleo de tecnología y mano de obra (menos del 10% del total nacional), que a su vez estaba sujeta a relaciones laborales paternalistas. El sector industrial comenzó a desarrollarse orientado al mercado interno, con una presencia preponderante del Estado, sobre las pautas de la nueva economía keynesiana que irrumpía en Estados Unidos con el New Deal, y una gran demanda de mano de obra asalariada sujeta a relaciones laborales colectivas entre el trabajo y el capital. Las grandes tensiones y conflictos que tenían que surgir inevitablemente de la convivencia de dos sistemas inconexos y hasta incompatibles, tendió a desarrollar un fuerte Estado interventor.
Si bien el gobierno no tuvo intervención con la política de crecimiento conducido por la exportación, en esta forma nueva sí tuvo participación directa. En un esfuerzo por limitar la dependencia del país del mercado internacional, medidas inducidas por el gobierno como la nacionalización de la industria doméstica fue apuntada para alentar un desarrollo interno, autónomo.
Si bien es cierto que la Argentina fue capaz de crecer con este esquema de dos sectores económicos mal integrados, la dinámica del desarrollo económico no fue suficiente para que el país se convirtiera en una nación desarrollada, repitiendo de algún modo lo que había ocurrido con el modelo agro-exportador de fines del siglo XIX y principios del XX, con el que la Argentina experimentó algún tipo de industrialización pero no se transformó en un país "industrializado".


Décadas del 70´ y del 80´:

Las políticas económicas neoliberales adoptadas desde la década de 1970 por los gobiernos militares, y seguidas por los gobiernos civiles, determinaron una concentración progresiva de la riqueza e hicieron que la población perdiera el nivel de vida que había alcanzado a mediados del siglo XX con un aumento exponencial de la deuda externa nacional, que se elevó de 7.875 millones de dólares al finalizar 1975, a 45.087 millones de dólares en 1983. La relación porcentaje de deuda externa sobre PBI, es una de las más elevadas de América Latina donde los países que la conforman cargan con grandes deudas externas. Esto significa un serio obstáculo para las políticas de desarrollo.
Durante la década del ochenta, considerada como la década perdida para América Latina, la Argentina creció a tasas magras. Sin embargo en 1983, el país seguía sosteniendo indicadores aceptables ya que la tasa de desempleo apenas rozaba el 4 por ciento de la población económicamente activa, menos del 10 por ciento de la sociedad estaba bajo la línea de la pobreza y no existían indigentes .
Las altas tasas de inflación que caracterizaron a la economía argentina desde la Segunda Guerra Mundial hicieron eclosión con los procesos hiperinflacionarios de 1989 y 1990, durante los cuales la pobreza se elevó momentáneamente hasta un inédito nivel del 48% de la población.
Los años 90´: apertura económica
Las reformas económicas de esta década se han basado en la privatización de los servicios públicos y en la apertura de la economía. En 1991, el ministro de economía Domingo Cavallo recurrió a la paridad del peso argentino con el dólar estadounidense (Ley de Convertibilidad) debido en parte a la acuciante inflación que sufrió el país a fines de los 80´. Comenzaron a registrarse así altas tasas de crecimiento entre 1991-1994 y 1996-1998. En 1995 por el Efecto Tequila -que demostró cómo un hecho externo podía influir en el país producto de la globalización- provocó un crecimiento negativo del PBI. Éste llegó a alcanzar los 300 mil millones de dólares en 1998. El PBI per cápita (el más alto durante la década del 90´ en América Latina) llegó a los 8.510 dólares ese mismo año. Las exportaciones pasaron de 12.500 millones de dólares en 1990 a casi 27.000 millones de dólares en 2000 con un aumento del 110% en ese período [6]. Todas estas cifras fueron récord para el país. Sin embargo, este modelo produjo una concentración económica en los sectores financiero, de servicios y agro exportador, al mismo tiempo que una desocupación estructural cercana al 20% en sus peores momentos. Desde 1994 hasta 2005 la desocupación ha sido siempre de dos dígitos. La pobreza que en esta década osciló entre el 16% y el 28%, aumentó respecto a los primeros años de la década del 80´ en donde se encontraba en un dígito, pero fue más baja de la registrada en la crisis hiperinflacionaria de 1989 donde llegó a rozar al 50% de la población.
Crisis 2001 - 2002
Los recurrentes problemas de este modelo noventista determinaron una recesión sin precedentes a finales de 2001, y terminaron por provocar el fin de la Ley de Convertibilidad monetaria con importantes secuelas de crisis económica, política y social. En 2002, en parte por la devaluación que adoptó el país luego del default de la Deuda Externa (pública y privada) casi el 60% de la población fue pobre en términos de sus ingresos económicos y el producto bruto interno a precios corrientes de 268.697 millones de dólares en 2001 se redujo casi un 64% a fines de 2002. En el periodo recesivo y posterior crisis (junio de 1998 a 2002 inclusive), éste sufrió una perdida del 19,5% acumulada, registrándose el mayor descenso en el último año de la crisis con un decrecimiento del 10,9%. Una de las tantas secuelas que dejó la crisis de 2001 (la peor de su historia) fue la pésima posición del país sudamericano respecto a la mala distribución de la riqueza en comparación con los demás países de América Latina. Durante este período se fueron 64.874 (2001) y 87.212 (2002)  personas, produciéndose un desplazamiento único en la historia del país. La especulación de la economía y la crisis afectaron también a otros países de Sudamérica, especialmente al Uruguay.



Evolución del PBI entre 1990 y 2005:

En los años 2003 y 2004, la Argentina experimentó una fase de recuperación con alto crecimiento económico. El PBI creció un 9% en cada año. Lo propio ocurrió en 2005 donde el PBI se elevó al 9,2%. A causa de la recuperación de la economía que se ha observado en los últimos tres años, y teniendo en cuenta que en el tercer trimestre de 2005 el PBI argentino (en pesos argentinos y a precios constantes) superó el valor de 1998, la crisis económica ha finalizado. Sin embargo, las consecuencias permanecen, y los indicadores sociales no han alcanzado aún los niveles que tenían en años anteriores. La pobreza, que había alcanzado casi el 60% y el desempleo que superó el 25% en 2002 lograron reducirse en el período post-crisis hasta llegar a un 33,8% de pobres y una reducción de 15 puntos en la desocupación hacia finales de 2005. El PBI (en su valor nominal) totalizó en 2005 los 181.258 millones de dólares, ubicando a la Argentina como la tercera economía de América Latina, en tanto que la Renta per cápita nominal es de 4.697 dólares. Si al PBI se lo considerara en paridad de poder adquisitivo (según mediciones definitivas del FMI para 2005) asciende a los 533.722 millones de dólares, acortándose las distancias respecto al PBI de México (representando la mitad) o de Brasil (representando un tercio). En tanto que la Renta per cápita medida en PPA ronda los 14.109 dólares, ubicando a la Argentina a la cabeza de América Latina en este índice.
Según el FMI, en 2006, la economía se va a expandir al 8%, siendo la tasa más elevada de la región , sin embargo el organismo sostiene que a su vez, la tasa de inflación del 12,3% será la más alta de Latinoamérica.
Un informe de The Economist dice que el PBI per cápita medido en paridad de poder adquisitivo de la Argentina cercano a los 12.500 dólares se encuentra en el noveno lugar de una lista de más de cien países emergentes, siendo el más alto de América Latina. La lista es liderada por Hong Kong con un PBI per cápita de 30.000 dólares, luego Singapur e Israel...




Reestructuración de la deuda externa y el papel del FMI:

Una parte significativa de la responsabilidad de la crisis que vivió la Argentina entre 1998 y 2002 ha sido puesta sobre el FMI. En un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2004, el Presidente Néstor Kirchner dijo "Se hace necesario un urgente, fuerte y estructural rediseño del Fondo Monetario Internacional para que pueda prevenir crisis y ayudar a su solución, cambiando el rumbo que lo llevó de prestamista de fomento a acreedor con demanda de privilegios."
Un poco después, de la reunión con el Banco Mundial, los líderes del FMI, la Unión Europea, el Grupo de Siete naciones industrializadas, y el Instituto de Finanzas Internacionales (IFI), el presidente argentino advirtió que la Argentina debe llegar a un acuerdo que reestructure su deuda externa para que aumente el presupuesto primario para pagar más deuda externa y se impongan "reformas estructurales" para recuperar la confianza de la comunidad mundial financiera en el país.
El proceso de reestructuración de la deuda externa fue largo y complejo. Argentina ofreció un descuento importante sobre sus obligaciones (aproximadamente el 70 %) y finalmente lo colocó en un 76 % (esta oferta no incluyó el FMI, con quien el país ha cumplido sus deudas).
De hecho en diciembre de 2005, Kirchner decidió liquidar la deuda argentina con el FMI en un solo pago, sin la nueva financiación, por un total de 9.810 millones de dólares utilizando las reservas internacionales que alcanzaron el récord histórico de 28.000 millones de dólares ese año, reduciéndose éstas a 18.000 millones de dólares en enero de 2006. El pago en parte fue financiado por Venezuela, quien compró obligaciones argentinas por 1.600 millones de dólares. Unos días antes de este hecho, Brasil también había cancelado la totalidad de su deuda con el FMI. Según datos del Ministerio de Economía, en septiembre de 2006, las reservas volvieron a alcanzar el nivel previo a la cancelación total de deuda con este organismo de 28.000 millones de dólares [13]. Esto se debe en parte a una de las políticas del Banco Central de la República Argentina de mantener un dólar alto en relación al peso argentino. Las cotizaciones se encuentran en 3,12 pesos argentinos por dólar para la venta y 3,09 por dólar para la compra [14].
Expansión de la economía
Con una "política de dólar alto" que permitió producir bienes y servicios a precios competitivos en el mercado internacional, algunas industrias de la Argentina comenzaron a reflorecer después de la crisis. Principalmente la construcción (con un aumento del 40% en 2005), la industria textil, la alimentaria, la fabricación de autopartes, calzado y juguetes, que fueron los motores del nuevo crecimiento. El incremento en el volumen de exportaciones también proporcionó al país una balanza comercial positiva, flujo de caja y reservas crecientes.
Desde el principio del gobierno de Kirchner, el papel del estado en la economía se ha ampliado respecto al que tenía durante el gobierno de Menem. Esto se ve principalmente en la fijación de precios en algunas industrias así como en la creación de una línea aérea pública y una empresa de energía pública.
La Fundación Heritage, que se define como una "fundación Norteamericana de pensamiento conservador"  ha considerado que la Argentina ocupa la posición 109º entre 157 países evaluados en el que denomina Índice de Libertad Económica.
Por otra parte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL) sostuvo para la Argentina que "las perspectivas para el 2006 apuntan a una prolongación del comportamiento expansivo de la actividad. Luego de varios años de intensa recuperación, se prevé el mantenimiento de un crecimiento sostenido, lo que implicaría un ulterior refuerzo de los flujos de inversión y ahorro".


Banca:

Banco de la Nación Argentina, Buenos Aire¨:

Durante la década del 90´ el sistema financiero argentino se fue consolidando y reforzando. Los depósitos crecieron fuertemente, aún después de la recesión que comenzó en 1998.
Aún si, el sistema bancario prestó dólares y tomó depósitos en pesos argentinos. Pero cuando la economía explotó en 2001, hubo una carrera contra-reloj de todos los bancos del sistema: medidas como el congelamiento de los depósitos de particulares (hecho conocido como el corralito), así como también una devaluación asimétrica de préstamos y depósitos, hicieron que muchos bancos técnicamente lleguen a la bancarrota.
Hoy día en pleno crecimiento económico, los bancos públicos dominan el sector bancario en la Argentina (el más grande es el Banco de la Nación Argentina). Los bancos otra vez ganan depósitos, que ascendieron a más de 43.000 millones de dólares hacia octubre de 2005, y comienzan a aumentar sus carteras de préstamos.

Comercio exterior:

Artículo principal: Comercio Exterior de Argentina
Las exportaciones argentinas son principalmente del tipo agrícola. Productos de soja (sojas, el aceite de verduras, etc.) representa más de un cuarto de las exportaciones totales. Los cereales (sobre todo el maíz y el trigo) constituyen menos de un décimo. El petróleo representa un 20% del total. Después, la industria automotriz y los productos bovinos (la ternera, cuero y leche) aportan cada uno aproximadamente un 6% del total. También se cuenta con una pequeña industria siderúrgica.

Inversión:

Las inversiones estadounidenses en la Argentina se concentran sobre todo en telecomunicaciones, petróleo y gas, energía eléctrica, servicios financieros, sustancias químicas, industria alimenticia, y en fabricación de vehículos. Éstas se acercaron a los 16 mil millones de dólares a fines de 1999, según estimaciones de la embajada estadounidense en este país. Varios acuerdos bilaterales juegan un papel importante en la promoción de la inversión estadounidense privada. Las inversiones canadienses, europeas y chilenas -también importantes- llegan en cantidades significativas. Desde 2000, Brasil también se convirtió en un país inversor en la Argentina. Empresas españolas en particular, han entrado en el mercado argentino agresivamente, con inversiones principalmente en petróleo y gas, telecomunicaciones, banca, y sectores de venta al público. En octubre de 2004, China había anunciado que invertiría 20 mil millones de dólares en la Argentina con destino a la reconstrucción de los ferrocarriles (8 mil millones de dólares) y en la investigación del aceite (5 mil millones de dólares). Sin embargo, esta operación no pudo materializarse hasta el momento.
La inversión extranjera directa en la Argentina alcanzó los 4.662 millones de dólares en 2005, un monto que superó en 9% la cifra registrada en 2004. El informe fue elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Con ese número, la Argentina se ubica como el cuarto receptor de inversión extranjera, detrás de México, Brasil y Chile, y por delante de Colombia. El país bajó su performance respecto a Chile, ya que en la década de los 90´ la inversión extranjera directa llegó a alcanzar los 10 mil millones de dólares, ubicándose como tercer receptor en la región.
En tanto la Inversión Bruta Interna Fija, alcanzó en 2005 un 19,8% [17] respecto al PBI, cifra que no logró superar a la de 1998 en la época pre-crisis (21,1%) pero sí al promedio de este indicador entre 1980 y 2005 (18,8%) [18].

Ferrocarriles (1906 - 1910):

Pese a que el vicepresidente Figueroa Alcorta, en ejercicio de la presidencia por fallecimiento de Quintana, era Liberal, debemos reconocer que el desarrollo ferroviario, en sus escasos 4 años de mandato se caracterizo con una decidida promoción de tramos en los cuales el capital estatal podía intervenir y obtener  la venta de tierra publica, gracias a dos trascendente leyes: la 5.315 de 1907, conocido como ley Mitre (por su propulsor, el ingeniero Emilio Mitre), y aquella que crea los que se denominaron, hasta 1948, Ferrocarriles del Estado,  estos tendrían luego en el pleno siglo XX, un desarrollo lento pero seguro.
El gobierno de Figueroa Alcorta vislumbro que había que realizar rápidamente la extensión ferroviaria, pues el centenario nos encontraría (como sucedió en realidad) con 27.700 Km. de vías férreas.
Se unieron San Antonio oeste y Bariloche; en el nordeste de Resistencia y Metan; la Patagonia, la zona de Comodoro Rivadavia quedo conectada con el Lago Buenos Aires. Ya se comenzaba a utilizar, las primeras locomotoras el petróleo que salía de los Yacimiento, y se realizaron las primeras adaptaciones del carbón de coque al petróleo en las locomotoras de ferrocarriles del sur. 





Los Modelos Económicos:

Desde la consolidación del estado nacional hacia 1880, hasta la actualidad, la Argentina transito por distintos modelos económicos muy dispares en el desarrollo económico de la población.
La historia económica puede sintetizar en tres etapas:
"        Desde 1880 a 1930 tuvo vigencia el modelo  de ventajas comparativas que en el caso de la Argentina fue agro exportador;
"        De 1930 a 1975, el modelo de sustitución de las importaciones mediante el desarrollo del mercado interno, especialmente del sector industrial;
"        De 1976 a la actualidad rige la globalización de la economía.
Durante la primera etapa, se aplico el modelo económico de ventajas comparativas. Es decir, la Argentina se integro al mercado mundial como proveedor de alimentos y materias primas de los países ya industrializados y estos a subes eran los que le suministraban los productos manufacturas (maquinarias, medicamentos, herramientas, etcétera).   Este modelo agro exportador le dio buenos resultados a la economía Argentina, permitiéndole un crecimiento sostenido hasta alrededor de 1930.
Para el desarrollo de este modelo económico de Argentina necesitaba una infraestructura de producción de y de trasporte de las materias primas.   Para ello contribuyeron los créditos del Estado al sector agropecuario de inversión de capitales y tecnología  provenientes del exterior, principalmente de Gran Bretaña y de Estados Unidos.   Estos esfuerzos se destinaron principalmente al área pampeana para la producción de carnes y cereales, en especial trigo y maíz.   Por este motivo la infraestructura de transporte tomo la forma radial (ferrocarriles, caminos) con centros en los puertos de exportación: Buenos Aires, Rosario, y en menor medida Bahía Blanca.   También contribuyó al desarrollo agrícola de la gran inmigración europea que trabajaba a salariada en esta zona.   Se fundaron colonias agrícolas como la de Varadero (provincia de Buenos Aires) y Esperanza (en la provincia de Santa Fe).   Mientras tanto,  la falta de medio de transporte para el traslado a largas distancia imitaba el comercio entre el resto de las regiones del país y de estas con el exterior, por lo tanto las regiones extrapampeanas de Cuyo del noroeste y del noreste quedaron relegadas y su producción se destino principalmente al consumo local como consecuencia de este modelo económico el sector industrial se reducía a la industria liviana principalmente a establecimientos industriales como frigoríficos, curtiembres, molinos harineros, industrias aceiteras y bodegas, que en gran parte correspondían a empresas extranjeras y se localizaban en las cercanías de los ríos Paraná y de La Plata. En ese momento, el desarrollo industrial de los otros rubros (textil, metalúrgicos), se veía dificultado por la competencia de las manufacturas importadas.
La Primera Guerra Mundial (1914-1919) perjudico el libre intercambio de las materias primas los productos elaborados. Este desabastecimiento de manufacturas básicas  de gran consumo obligo al Estado a comenzar un proceso de sustitución de las importancias. Para ello tuvo que apoyar el desarrollo industrial mediante la inversión en infraestructura, importación de equipos y legislación favorables. Esta medida incentivaron la radicación de empresas extranjeras  que se dedicaron a las industrias farmacéuticas, electrodomésticos, petroquímicas y al armado de automóviles, como General Motors y Ford.
Para ese entonces, toda la tierra cultivable disponible había sido ocupada, por lo tanto para tener mayores producciones en la  misma superficie, se mejoro la tecnificación.

En la segunda etapa, desde 1930 a 1975 aproximadamente, la actividad industrial paso a ser el eje del modelo económico, con el objetivo de sustituir las importaciones de manufacturas. Este periodo de desarrollo interno llevo a la concentración de la producción, la población y la infraestructura en grandes ciudades industriales. Los productos manufacturados que hasta 1940 se habían  expandido a la par de las materias primas del campo, comenzaron a prevalecer en el intercambio comercial.

Además, ciertas materias primas naturales, por ejemplo la fibra de algodón, fueron desplazadas por fibras sintéticas, al mismo tiempo que aparecían en la población nuevos hábitos  y necesidades de mayor consumo, por ejemplo: las heladeras familiares.
Finalizada la segunda guerra mundial, en 1945, la intervención del Estado fue muy importante en desarrollo industrial, con la creación del Banco de Crédito Industrial, medidas de proteccionismo y participación del Estado como empresario en la producción directa; por ejemplo: la sociedad mixta Siderurgia Argentina (SOMISA), industrias químicas ATANOR Fabricaciones  Militares.   Además se procedió a estatizar la mayor parte de las empresas de servicios públicos (ferrocarriles, electricidad, teléfono, etc.) y se crearon las empresas estatales de aviación y  navegación fluvial y marítima.   Se continúo la fabricación en serie de equipos y maquinarias, como material ferroviario y aeronáutico, camiones y maquinarias agrícolas.   A partir de la Década de 1960 se intensifico el desarrollo de las industrias de bases, mediante la radicación de capital y tecnología extranjeros.   Se destacaron las industrias automotriz y petroquímica, con sus derivados, como la de productos drásticos y se establecieron, las industrias de aluminio y del papel prensa.   En esa década crecieron las exportaciones de materia prima y de productos no tradicionales, como los automóviles.   Además, se dio un proceso de concentración industrial ya que disminuyeron las pequeñas industrias y crecieron las grandes generalmente  transnacionales.   También aumento la explotación de Hidrocarburo (petróleo y gas).

La Tercera Etapa a partir de 1976 comienza el proceso de globalización, es decir, se ampliaron los contactos entre la población mundial, y los espacios son cada vez mas independiente.  La economía Argentina volvió a mirar al campo, el cual mejoro su rentabilidad.  Disminuyeron las barreras aduaneras por lo tanto aumentaron los productos importados muchas de las pequeñas industrias locales que no eran competitivas pero crecían al amparo del proteccionismo estatal se vieron obligadas a cerrar.   En esta etapa se tomaron continuo crédito en el exterior por lo que el país comenzó a sufrir la flagelo de la deuda externa; cada año hay que pagar grandes sumas que solo cubre los intereses de la misma.   En la ultima década el desarrollo económico de un país depende mas del desarrollo de la ciencia y la tecnología y de su aplicación en la  producción de bienes y servicios por ello a partir de 1990, el gobierno nacional tomo varias medidas par adecuar la economía Argentina al contexto global.   Ella fueron:

"        La reforma del Estado mediante la desregulación de la actividad económico  financiera y recorte y presupuestario para disminuir el déficit;
"        La disminución de organismo publico mediante privatización de las empresas públicas y la transferencia de servicios y responsabilidades que están a cargo del Estado nacional a las provincias y municipios;
"        Incentivar la invención extranjera en diversos rubros como la explotación de recursos minerales; promover la reconversión de los sectores productivos, como la agricultura y la industria;
"        Lograr la integración regional con la formación del MERCOSUR.


La economia de la argentina del siglo 19:

Ideas Principales del texto "The export economy of the Argentina", de Roberto Cortés Conde publicado en el libro "The Latin American Economies"
El autor comienza describiendo la época de las ultimas décadas del s. XVIII y las primeras del s. XIX. En esta época, Buenos Aires habría exportado principalmente cueros. Después de 1810, los ingresos de la aduana se habrían convertido en la principal fuente de ingresos del tesoro. La ganadería para la producción de cueros, habría sido una respuesta a la dotación inicial de recursos, ya que requería abundante tierra y poco trabajo, y el ganado se transportaba solo a través de las enormes distancias. Los eslabonamientos de estas actividades habrían sido nulos. No habrían aparecido centros urbanos y, debido a la poca necesidad de trabajo, la distribución del ingreso habría sido desigual.
En la época entre 1850 y 1880, se habría producido un cambio en la composición de las exportaciones. La producción de lana se habría expandido y la ganadería vacuna se habría mantenido constante. Una expansión de la frontera habría permitido el aumento en las exportaciones.
Además, la estabilidad jurídica y política habrían contribuido a la producción de lana, que requería mas trabajo y capital. Las redes de transporte habrían permitido llevar la lana a los puertos y el transporte de la población.
En este período, el Estado habría sido débil y crónicamente escaso en recursos. Créditos extranjeros habrían permitido la manutención de altos niveles de importaciones, ya que las exportaciones no habrían logrado cubrir las necesidades de capital, que habrían sido necesarias para la guerra con el Paraguay primero, y luego para la construcción de obras públicas. La disponibilidad de fondos habría resultado en una expansión del crédito y de la moneda, lo que aumentó a su vez la demanda de bienes importados. Cuando se cortó la entrada de capitales, las importaciones habrían caído, al igual que los ingresos del Estado, que dependían principalmente de las importaciones. El gobierno habría cancelado sus depósitos y luego habría solicitado créditos al Banco de la Provincia de Buenos Aires, lo que habría provocado una contracción del crédito al sector privado y a su vez una contracción de la oferta monetaria. Los depositantes habrían solicitado convertir sus depósitos de papel a oro y el gobierno, ante esta situación, habría declarado la inconvertibilidad y la devaluación de la moneda. El aumento en el precio de las importaciones habría reducido su volumen, aunque las exportaciones no habrían aumentado.
En los comienzos del período entre 1880 y 1920, el gobierno habría estabilizado el comercio y las finanzas, lo que permitió una entrada de capitales. Las características de la economía requerían un aumento en las importaciones primero, para promover las exportaciones luego. Esto se habría logrado gracias a los créditos extranjeros. La composición de las exportaciones habría cambiado, se habrían movido desde productos con poca necesidad de trabajo, a la lana y luego a granos, cuyas producciones requerían de mayor mano de obra, disponible gracias a las inmigraciones promovidas por el gobierno, y la existencia de una red de transporte, que para esta época ya habría sido adecuada.
Las nuevas producciones habrían promovido la población de regiones remotas. La necesidad de comida, ropa y vivienda habría creado incentivos en otras actividades. La distribución del ingreso habría sido mas equitativa, debido a la mayor necesidad de fuerza laboral y también a la política educativa promovida por el gobierno.

El sistema cambiario habría sido de flotación sucia, y el gobierno habría mantenido un tipo de cambio subvaluado a través de la venta de oro.
El aumento de los créditos externos, se habría traducido en fuertes déficits en la balanza comercial y se habría hecho difícil pagar los servicios de la deuda. El gobierno habría obtenido mas créditos y habría reducido sus gastos. Las importaciones habrían caído bruscamente. El servicio de la deuda se habría hecho mas grande que la disponibilidad de créditos, lo que habría causado la crisis de 1890, porque el gobierno no habría podido importar más ni tampoco pagar los servicios de la deuda. Las reservas de oro habrían caído y su precio habría aumentado. Los clientes de los bancos habrían cancelado sus depósitos para transformarlos en oro. Debido a la depreciación del peso, el Estado tuvo dificultades para pagar sus obligaciones con el exterior.
Después de la crisis de 1890, el volumen de las exportaciones habría aumentado lo suficiente para que los ingresos obtenidos a través de las mismas alcancen para pagar las importaciones y los servicios de la deuda. La reacción del sector exportador habría sigo gracias al mayor nivel de desarrollo de la infraestructura del país y su mayor población .