Lavagna, sobre el control de precios: "Esto ya pasó con Celestino Rodrigo, con Isabel"








El ex ministro de Economía aseguró que con los acuerdos
"se trata de generar la sensación de estabilidad por dos meses
de manera tal que las paritarias cierren en 20%; en abril los precios volverán a ajustarse,
pero les dirán a los sindicatos que no podrán pedir más aumentos"
07.02.2013 | 09:29
El ex ministro de Economía Roberto Lavagna fue durísimo con la política económica del Gobierno, en especial con los acuerdos de precios : "Esto ya pasó con Rodrigo, con Isabel. Las magnitudes son diferentes pero el mecanismo es el mismo", afirmó.
"La economía no crece. El año 2012 fue de cero crecimiento. Lo cual implica una caída si se lo compara con el número de habitantes, por lo que cae el ingreso por habitante. Esto es atribuible a una política de división de la sociedad. El año pasado no hubo inversión privada ni creación de empleo. Hay muchos jóvenes que no estudian ni trabajan, hay una inflación alta y los controles al dólar , toda una suma de desajustes. Y este año no va a ser muy distinto al final del año pasado", señaló Lavagna en declaraciones al programa "Cada Mañana", por Radio Mitre.
"Los factores de carácter internacional juegan tremendamente a favor de la Argentina. La soja valía 247 dólares la tonelada en 2007 y ahora está entre 500 y 600 dólares. El marco internacional es favorable. Cuando yo me fui las retenciones a la soja eran de 27%. Ahora están en 35%. Por la brecha del dólar el productor no la vende . Actúa con mucha racionalidad. A la espera de que el Gobierno haga un reconocimiento de esa realidad. Protegen sus ingresos", aseguró el ex ministro.
"El cepo es el resultado de una de las cosas más fracasadas, que es la política energética. Todos los dólares que genera la economía son para pagar la crisis energética ", dijo Lavagna.

ACUERDO DE PRECIOS

"Se trata de generar la sensación de estabilidad por dos meses de manera tal que las paritarias cierren en 20% . En abril los precios volverán a ajustarse, pero les dirán a los sindicatos que no podrán pedir más aumentos. Esto ya pasó con Rodrigo, con Isabel . Las magnitudes son diferentes pero el mecanismo es el mismo. Pero esto los sindicatos los saben. Van a exigir la inflación real", afirmó Lavagna.
"El sector empresarial tiene que animarse a reconocer que la actual política no conduce a ningún lado. Bajo crecimiento con una inflación que se acelera, con una brecha cambiara de 60 por ciento. Los empresarios saben que esto no es viable. Llega el momento en el que hay que hablar. Pasó con la convertibilidad, donde nadie hablaba y eso nos llevó a una crisis fenomenal. Hay un punto donde las cosas se hacen inviables.

DESDOBLAMIENTO CAMBIARIO Y NUEVA MONEDA

El desdoblamiento cambiario no sirve de nada. No lo recomiendo en absoluto. Son remedios transitorios. Hay tipos de cambio desdoblados por efecto de los impuestos. Puede ser que el Gobierno lo haga, pero no resuelve nada, sería un parche más", aseguró el ex ministro.
"Sobre la nueva moneda yo no escuché absolutamente nada. Pero también es cosmética. ¿Cuántas veces le sacamos ceros a la moneda? A veces viene más inflación porque se redondean los precios. Formaría parte del relato, que en definitiva es una mentira", cerró Lavagna..
FUENTE: LA NACIÓN 

El control de precios en la Argentina, una historia repetida

Distintos gobiernos, desde Perón a Alfonsín, intentaron hacer lo mismo; en ningún caso tuvieron éxito
06.02.2013 | 12:11


El congelamiento de precios impuesto por el Gobierno a las cadenas de supermercados y electrodomésticos, no es algo nuevo. La experiencia argentina de los últimos treinta años muestra varios intentos similares para frenar la inflación y la caída del poder adquisitivo de la población.
Más allá de la contradicción misma entre la declaración de la Presidenta que, el 25 de enero pasado aseguró en un discurso que "está demostrado por el paso de la historia que obligar y acordar no sirve" ya que es "el propio usuario y consumidor el que tiene que hacer valer sus derechos", y el hecho de que diez días después el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, haya convocado sorpresivamente a las cadenas de supermercados para comunicarles la decisión de no tocar los precios de los productos hasta el primero de abril , conviene hacer un repaso de los intentos llevados a cabo por los distintos gobiernos argentinos aplicando una mécanica similar.
Entre febrero de 1967 y noviembre de 1989 transcurrieron 24 ministros de economía y 274 meses. Según informe de la consultora FIEL, sólo en el 10% de ese tiempo hubo libertad de precios ya que en ese lapso estaban controlados por la autoridad pública. Sin embargo, la inflación fue devastadora en todo el período y en sólo uno, de esos 23 años, fue menor al 10%.
El propio Néstor Kirchner, a mediados del 2005, había implementado controles luego de criticar duramente a los supermercados . Pero, la primera vez que un gobierno argentino realizó congelamientos de precio se remonta a 1973, a la presidencia de Juan Domingo Perón.
El ministro de Economía de entonces, José Ber Gelbard, firmó un acuerdo llamado Acta de Compromiso Nacional entre la CGT y la entonces poderosa Confederación General Económica (CGE), mediante la cual se convenía mantener estables los precios y los salarios durante un plazo de dos años. Sin embargo, a los 10 meses hubo que revisar tal medida porque los empresarios adelantaron sus precios, previendo el triunfo del peronismo, recuerda el historiador Roberto Cortés Conde en su libro "Progreso y declinación de la economía argentina".
El aumento de los precios y las pujas salariales motivaron la salida de Gelbard, reemplazado por Alfredo Gómez Morales, que más tarde dejó su lugar a Celestino Rodrigo. El autor del célebre "Rodrigazo", en 1975, dispuso una devaluación que duplicó el valor del dólar y elevó las tarifas públicas y los combustibles más del 100 por ciento.
El 10 de marzo de 1976, pocos días antes del golpe militar, el último ministro de Economía de Isabel Perón, Emilio Mondelli, anunció el estado de "emergencia económica", que incluyó nuevos precios tope para el pan, fideos, quesos, manteca, leche en polvo y aceite. La medida rigió hasta el comienzo del gobierno militar.
El control de precios volvió el 13 de septiembre de 1982, con Reynaldo Bignone en la presidencia y Jorge Wehbe como ministro de Economía. "Rige un nuevo control de precios", tituló LA NACION al día siguiente. Entre los argumentos se cita la necesidad de "resguardar el salario real", amenazado por una "estructura industrial monopólica", argumentos sorprendentemente parecidos a los que se esgrimen hoy. Esta medida puso bajo control del Gobierno los productos de 675 empresas.
El 13 de diciembre de 1983, el recién asumido Raúl Alfonsín y su ministro de Economía, Bernardo Grinspun, anunciaron un nuevo sistema de regulación de precios. Este plan estableció márgenes máximos en la comercialización de alimentos. En el caso de los mayoristas, el margen no podía exceder el 20%, mientras que en los minoristas, el tope era del 40%. Los aumentos debían ser aprobados por la Secretaría de Comercio, que publicaba las listas con los precios indicados para los productos de la canasta básica familiar.
La situación fiscal era muy complicada, lo que llevó a la inflación "a magnitudes inéditas", refiere Cortés Conde en su libro. "En 1984 los precios habían trepado a más del 600% anual", señala.
En febrero de 1985, Grinspun es reemplazado por Juan Vital Sourrouille, que en junio anunció el Plan Austral, que congeló los precios, los salarios y los servicios públicos. También se publicaban listas con precios máximos de los productos. Nueve meses después de lanzado el plan, el Gobierno decidió abandonar el congelamiento. En julio de 1987 la inflación fue del 12%; en septiembre se anunció el Plan Primavera, que estableció un nuevo acuerdo.
La hiperinflación se desató en julio de 1989; el 8 asumió la presidencia Carlos Menem, y su ministro Néstor Rapanelli anunció el 17 de julio que se congelaban durante 90 días los precios de 300 empresas líderes, y se publicaba una lista orientativa de precios máximos de 30 productos. El año siguiente volvió la zozobra en materia de inflación, hasta que se liberó el control con la llegada de la convertibilidad, en 1991.
Hoy, el problema no es el congelamiento de precios, sino que no es una solución a una emisión monetaria de más del 33% anual del Banco Central que, incluso llegó al 38% el año pasado, la circulación monetaria creciendo a un 35%, y el déficit fiscal que se ubica en torno al 3% del Producto Bruto Interno (PBI).

FUENTE: LA NACIÓN