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Desde mediados de enero, el peso perdió terreno de manera sostenida contra la divisa norteamericana. Conocé las 4 razones que explican esta nueva alza.
Iván Carrino / Editor de El Diario del Lunes
Tiempo después de la salida del cepo cambiario, el dólar había dejado de ser noticia en la Argentina. Más que eso, si era noticia, lo era porque su precio iba en descenso, algo muy diferente a lo que los argentinos estamos acostumbrados.
Sin embargo, durante el mes de enero, la divisa norteamericana comenzó a repuntar, y desde principios de año acumula una importante alza de 18%.
Existen 4 motivos principales por los que el peso está cayendo nuevamente contra la moneda norteamericana:
1. La herencia de una política monetaria descontrolada: Durante la gestión de Alejandro Vanoli, la tasa de emisión monetaria pasó de alrededor del 18% anual a cerca del 40%. Dado que la política monetaria opera con rezagos, es normal que aún después de la salida de Vanoli, hoy siga habiendo presiones al alza sobre los precios y sobre el dólar.
2. La baja de las tasas de interés: A la salida del cepo, el nuevo presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, subió las tasas con las que regula la política monetaria hasta el 38% anual. Eso impulsó al alza las tasas de los plazos fijos, desinflando el precio del billete verde. Sin embargo, con el pasar de las semanas, la tasa fue bajando, al punto que hoy un plazo fijo rinde entre un 24 y un 25% anual.
3. Poca confianza en el plan económico: La cotización de la divisa comenzó a subir dos días después de que el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, anunciara su plan fiscal y las metas de inflación. Esto puede indicar que los inversores estaban esperando un ajuste fiscal mayor y, por tanto, una menor inflación esperada para los años venideros.
4. Apreciación del dólar en el mundo: El año pasado la divisa trepó con fuerza en los países emergentes vecinos de Argentina, como Brasil, México, Colombia o Chile. Sin embargo, el tipo de cambio más representativo en ese momento, el dólar paralelo, no subió ni siquiera al ritmo de la inflación. En 2016, la moneda yanqui busca recuperar el terreno perdido.