En estos días agitados, el impuesto a las ganancias que pagan los
asalariados se ha convertido en el centro de la polémica. Pero esta
discusión es sólo la punta del iceberg, porque si vemos bien los números
de la recaudación fiscal, se puede observar que el principal ingreso al
fisco es el que proviene de los salarios.
El impuestazo
La recaudación desde enero hasta mayo del 2012, último dato disponible, fue de 258.952 millones de pesos, que se distribuyen de la siguiente manera:
En el cuadro se observa cómo el 90% de la recaudación se explica con tan sólo 5 items. El orden de importancia a primera vista es el siguiente: el impuesto más relevante es el IVA con 72.306 millones; mientras que el segundo son las retenciones al salario (aportes, contribuciones, más otros ingresos de la seguridad social) que suman 69.061 millones, tan sólo 3.000 millones menos que el IVA.
Es decir que los denominados costos salariales son de una importancia extrema en la recaudación fiscal. El tercer impuesto en importancia es Ganancias, que recauda 48.472 millones, dentro de los cuales hay que incluir a la famosa cuarta categoría, es decir, lo que se les retiene a los trabajadores. Según cálculos de la consultora CIFRA, en el 2010 se recaudaron 10.422 millones. Dado que desde el 2010 hasta el 2012 la recaudación subió más de un 50%, puede estimarse de manera conservadora que este año se recaudarían cerca de 15.000 millones. Es decir que hasta mayo, como mínimo, la cuarta categoría aportó unos 5.000 millones de pesos. Si se suman los 69.061 millones de las retenciones a los asalariados más los 5.000 millones de ganancias de la cuarta categoría, el total alcanza los 74.000 millones, es decir, una cifra aun mayor al IVA.
Por lo tanto, el salario es hoy el principal sostén de los recursos fiscales. Las provincias tiemblan. En el mismo cuadro se puede observar que no sólo los recursos vinculados al salario son cada vez más importantes, sino que además su tasa de crecimiento anual (32,1%) es más alta que la del IVA (22,8) y la de Ganancias (19,1%).
La gran diferencia entre ambos es que las retenciones al salario van a la ANSES y no se coparticipan, mientras que ganancias e IVA van en parte a las provincias. Es por esto que las provincias no están interesadas en subir el mínimo no imponible, porque eso afectaría fuertemente sus ingresos.
De hecho, las provincias recibirían alrededor de 1.500 millones de pesos menos si se ajustara un 20% el mínimo no imponible. Para mostrar con más fuerza aún esta tendencia, considerando la recaudación de mayo, puede observarse que Ganancias DGI subió sólo un 6,5% comparado con mayo del 2011.
Este crecimiento es explicado en su mayor parte por el incremento en la recaudación de la cuarta categoría.
Salarios vs Impuestos
Los datos muestran con gran contundencia la dependencia que tiene la recaudación fiscal del salario y del nivel de empleo. Sería muy difícil para el Gobierno renunciar a la recaudación de los asalariados. Pero hay que mirar con mucho cuidado los próximos meses porque a medida que la economía se estanca (y, en consecuencia, las pymes y pequeños negocios empiezan a tener problemas financieros) pagan primero los sueldos y después, si pueden, los aportes correspondientes. Que, como pudo verse, son ya una pesada carga.
El impuestazo
La recaudación desde enero hasta mayo del 2012, último dato disponible, fue de 258.952 millones de pesos, que se distribuyen de la siguiente manera:
En el cuadro se observa cómo el 90% de la recaudación se explica con tan sólo 5 items. El orden de importancia a primera vista es el siguiente: el impuesto más relevante es el IVA con 72.306 millones; mientras que el segundo son las retenciones al salario (aportes, contribuciones, más otros ingresos de la seguridad social) que suman 69.061 millones, tan sólo 3.000 millones menos que el IVA.
Es decir que los denominados costos salariales son de una importancia extrema en la recaudación fiscal. El tercer impuesto en importancia es Ganancias, que recauda 48.472 millones, dentro de los cuales hay que incluir a la famosa cuarta categoría, es decir, lo que se les retiene a los trabajadores. Según cálculos de la consultora CIFRA, en el 2010 se recaudaron 10.422 millones. Dado que desde el 2010 hasta el 2012 la recaudación subió más de un 50%, puede estimarse de manera conservadora que este año se recaudarían cerca de 15.000 millones. Es decir que hasta mayo, como mínimo, la cuarta categoría aportó unos 5.000 millones de pesos. Si se suman los 69.061 millones de las retenciones a los asalariados más los 5.000 millones de ganancias de la cuarta categoría, el total alcanza los 74.000 millones, es decir, una cifra aun mayor al IVA.
Por lo tanto, el salario es hoy el principal sostén de los recursos fiscales. Las provincias tiemblan. En el mismo cuadro se puede observar que no sólo los recursos vinculados al salario son cada vez más importantes, sino que además su tasa de crecimiento anual (32,1%) es más alta que la del IVA (22,8) y la de Ganancias (19,1%).
La gran diferencia entre ambos es que las retenciones al salario van a la ANSES y no se coparticipan, mientras que ganancias e IVA van en parte a las provincias. Es por esto que las provincias no están interesadas en subir el mínimo no imponible, porque eso afectaría fuertemente sus ingresos.
De hecho, las provincias recibirían alrededor de 1.500 millones de pesos menos si se ajustara un 20% el mínimo no imponible. Para mostrar con más fuerza aún esta tendencia, considerando la recaudación de mayo, puede observarse que Ganancias DGI subió sólo un 6,5% comparado con mayo del 2011.
Este crecimiento es explicado en su mayor parte por el incremento en la recaudación de la cuarta categoría.
Salarios vs Impuestos
Los datos muestran con gran contundencia la dependencia que tiene la recaudación fiscal del salario y del nivel de empleo. Sería muy difícil para el Gobierno renunciar a la recaudación de los asalariados. Pero hay que mirar con mucho cuidado los próximos meses porque a medida que la economía se estanca (y, en consecuencia, las pymes y pequeños negocios empiezan a tener problemas financieros) pagan primero los sueldos y después, si pueden, los aportes correspondientes. Que, como pudo verse, son ya una pesada carga.