27 DIC 2010 09:42h
INDEC
Con la inflación manipulada, hubo aumentos notables en los indicadores oficiales de ingresos.
Por Ismael Bermúdez
En el “mundo” del
INDEC, en el que la inflación anual ronda el 11%, este año fue
extraordinario para los más humildes, para los indigentes y pobres,
para los jubilados y para los asalariados en blanco y en negro. Y como
en los tres años anteriores, los precios subieron moderamente en la
versión oficiail, 2007, 2008 y 2009 fueron también más que beneficiosos
para la gran mayoría de los argentinos.
Se acumulan cuatro años de mejoras que desafían todos los manuales de economía, aunque este período coincide con las sospechas de que los índices de inflación están manipulados .
Con los números del INDEC, los asalariados formales -8 millones- pueden comprar un 16% más que a fines de 2009, sin considerar los plus que recibieron o están recibiendo algunos gremios en estos días porque dicen que el salario no les alcanza . Los más de 4 millones que están “en negro” también fortalecieron el poder adquisitivo, pero “apenas” un 10%, solo porque entre 2007 y 2009 ya habían tenido una recuperación más que sorprendente.
Así, y luego de la normalización salarial que se produjo hacia fines de 2006 tras la crisis de 2001-2002, en solo 4 años el poder de compra de los asalariados no registrados creció el 77%, dejando atrás a los trabajadores formales que mejoraron un 52%. Esto pasó porque los empleadores consintieron en dar aumentos salariales que superaron ampliamente el 110%, en tanto remarcaron los precios minoristas menos del 40%.
Que los salarios suban año tras año por el ascensor y los precios por la escalera es otro “mérito” de la estadística oficial .
Aunque siguen colapsando con juicios los tribunales de la Seguridad Social, más de 5 millones de jubilados y pensionados no se quedaron atrás porque recibieron dos aumentos en el año y en diciembre los $ 500 extras, que les permitieron fortalecer un 15% la capacidad de compra . Y en estos cuatro años, si bien no les fue tan bien como a los empleados en negro, no deberían quejarse: cotejando los aumentos de los haberes y la inflación oficial pueden comprar un 60% más. Algo similar sucedió con los pensionados.
Todo esto tuvo lugar con el agregado de que este año los hijos de los desocupados y trabajadores informales cobraron la asignación de $ 180 mensuales que luego se elevó a $ 220, absorbiendo lo que percibían de los planes sociales.
Sin embargo, esta mejora real no modificó mayormente los datos de indigencia y pobreza que bajaron poco en 2010 porque ya habían caído mucho desde que se empezó a manipular los datos de inflación a fines de 2006 . El INDEC puso así en cuestión el impacto de la implementación de la Asignación por Hijo -algo que no motivó la reprimenda del Gobierno-, porque si hubiera tomado en cuenta plenamente la incidencia social, las cifras de indigencia hubieran sido negativas , algo imposible.
De todas maneras, con las mejoras reales y los beneficios surgidos de la baja estadística inflación oficial, no es extraño que para el INDEC no haya casi indigentes -apenas el 3,1% según los datos de la primera mitad de 2010- y en estos 4 años hayan salido de la pobreza 8 millones de personas, aunque el consultor oficialista Artemio López contradiga esos números y asegure que el número de pobres duplica las cifras oficiales.
Se acumulan cuatro años de mejoras que desafían todos los manuales de economía, aunque este período coincide con las sospechas de que los índices de inflación están manipulados .
Con los números del INDEC, los asalariados formales -8 millones- pueden comprar un 16% más que a fines de 2009, sin considerar los plus que recibieron o están recibiendo algunos gremios en estos días porque dicen que el salario no les alcanza . Los más de 4 millones que están “en negro” también fortalecieron el poder adquisitivo, pero “apenas” un 10%, solo porque entre 2007 y 2009 ya habían tenido una recuperación más que sorprendente.
Así, y luego de la normalización salarial que se produjo hacia fines de 2006 tras la crisis de 2001-2002, en solo 4 años el poder de compra de los asalariados no registrados creció el 77%, dejando atrás a los trabajadores formales que mejoraron un 52%. Esto pasó porque los empleadores consintieron en dar aumentos salariales que superaron ampliamente el 110%, en tanto remarcaron los precios minoristas menos del 40%.
Que los salarios suban año tras año por el ascensor y los precios por la escalera es otro “mérito” de la estadística oficial .
Aunque siguen colapsando con juicios los tribunales de la Seguridad Social, más de 5 millones de jubilados y pensionados no se quedaron atrás porque recibieron dos aumentos en el año y en diciembre los $ 500 extras, que les permitieron fortalecer un 15% la capacidad de compra . Y en estos cuatro años, si bien no les fue tan bien como a los empleados en negro, no deberían quejarse: cotejando los aumentos de los haberes y la inflación oficial pueden comprar un 60% más. Algo similar sucedió con los pensionados.
Todo esto tuvo lugar con el agregado de que este año los hijos de los desocupados y trabajadores informales cobraron la asignación de $ 180 mensuales que luego se elevó a $ 220, absorbiendo lo que percibían de los planes sociales.
Sin embargo, esta mejora real no modificó mayormente los datos de indigencia y pobreza que bajaron poco en 2010 porque ya habían caído mucho desde que se empezó a manipular los datos de inflación a fines de 2006 . El INDEC puso así en cuestión el impacto de la implementación de la Asignación por Hijo -algo que no motivó la reprimenda del Gobierno-, porque si hubiera tomado en cuenta plenamente la incidencia social, las cifras de indigencia hubieran sido negativas , algo imposible.
De todas maneras, con las mejoras reales y los beneficios surgidos de la baja estadística inflación oficial, no es extraño que para el INDEC no haya casi indigentes -apenas el 3,1% según los datos de la primera mitad de 2010- y en estos 4 años hayan salido de la pobreza 8 millones de personas, aunque el consultor oficialista Artemio López contradiga esos números y asegure que el número de pobres duplica las cifras oficiales.